OMPRESS-UGANDA (27-09-23) Lira, una de las veinte diócesis ugandesa, ha pasado en solo tres años de 21 parroquias a 27. Como explican desde la misma diócesis, es a única manera de acercar los sacramentos al pueblo de Dios, que en esta diócesis supera los dos millones de católicos, una de las más grandes, en población, del mundo. Lira es uno de los 1.121 territorios de misión del mundo. Una joven iglesia que se creó en 1968, al dividir en dos la vecina diócesis de Gulu. En aquel entonces contaba con seis sacerdotes diocesanos y apenas 150.000 católicos. Las parroquias, quince. Cada una de ellas, conforme pasaban los años y aumentaba lentamente el número de sacerdotes, tenía “subparroquias” que, con la ayuda de religiosas y, sobre todo, de los numerosos catequistas, acercaban la presencia de la Iglesia a los barrios y pueblos de esta diócesis ugandesa.

Ha sido tras la pandemia del coronavirus cuando su obispo, Mons. Sanctus Lino Wanok, decidió impulsar la construcción y provisión de más parroquias. Las advocaciones de las mismas, que recuerdan las de tantas diócesis de todo el mundo, y dan ese toque de catolicidad y de aire de familia, son: San Francisco de Asís, San Pedro Claver, Santa María, San Lucas Evangelista, Nuestra Señora del Santo Rosario, San José y Nuestra Señora Reina de la Paz. Cada una de ellas, dado el número de fieles de Lira, tendrá a su vez, numerosas “subparroquias”.

El pasado 2 de septiembre, en la inauguración oficial de la subparroquia de Ayago, dependiente de una de las nuevas parroquias, los fieles reunidos en torno a su obispo y a su párroco expresaron su alegría y dieron las gracias por la nueva parroquia. El consejo pastoral de esta subparroquia, en la localidad de Ayago, explicaba que dentro de la misma hay nada menos que 35 capillas, con sus respectivas comunidades. Una iglesia muy viva que tiene necesidad de sacerdotes. Hay uno por cada 20.000 fieles.