OMPRESS-LISIEUX (8-01-24) Ayer concluía en la Basílica de Lisieux el año jubilar concedido por el Papa Francisco para celebrar el 150 aniversario del nacimiento de Teresa Martin, Santa Teresa del Niño Jesús, el 2 de enero de 1873; y el 100 aniversario de su beatificación, el 29 de abril de 1923. El jubileo se ha vivido bajo el lema “Por la confianza y el amor”, las últimas palabras de “Historia de un Alma”, la autobiografía espiritual de la santa.

Ha sido una oportunidad para acercarse, de la mano de la santa de Lisieux, a “la Ciencia del Amor”, que mencionaba el Papa San Juan Pablo II al declararla Doctora de la Iglesia en 1997. Una “ciencia” permeada siempre por un intenso impulso misionero, que se vería hecho realidad, incluso físicamente, a través de la peregrinación de sus reliquias por todo el mundo y, por supuesto, en la difusión misionera del mensaje universal de amor en tantas almas de los cinco continentes. Se ha hecho hincapié durante este jubileo en cómo se puede vivir la santidad en familia, puesto que fue en la familia donde se fraguó la vocación misionera y a la santidad de Teresa. De su padre, Louis Martin, la santa escribía, recordando la oración de la tarde en su casa: “basta con mirarlo para saber cómo oran los santos…”.

La Eucaristía de conclusión del jubileo fue presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos. Fue concelebrada por el obispo de Bayeux y Lisieux, Mons. Jacques Habert, y otros 15 concelebrantes más. La misa concluyó con la clausura de la Puerta Santa. Por la tarde, se pudo escuchar en la Catedral de Lisieux la “Missa Santa Teresa”, del compositor Frank Hartmann. Después, tras la oración ante el relicario de la santa en la Basílica, concluía el día con el rezo de las Vísperas Solemnes en el Carmelo donde Santa Teresa del Niño Jesús entregó su vida a Dios.

El misionero Enrique Rodríguez de Almeida, miembro de la Comunidad de las Bienaventuranzas, ha vivido en primera persona este año dedicado a la que ha sido declarada Patrona de las Misiones, y ha señalado que “en este año jubilar han aumentado mucho las peregrinaciones a Lisieux y ha habido muchas bendiciones. La reciente exhortación del Papa Francisco sobre santa Teresita ha sido un gran reconocimiento y un gran estímulo para el Santuario”. Concelebrante en la misa de conclusión del jubileo, se maravillaba del bien que está haciendo por todo el mundo esta santa que nunca salió de su monasterio, pero supo hacer de su vida una entrega silenciosa a Dios, con un corazón verdaderamente misionero.