Centenario del misionero que fundó la “Aldea de la Resurrección”

  • On 15 de febrero de 2018

OMPRESS-INDIA (15-02-18) Más de 2.500 personas se reunieron el pasado domingo en la ciudad costera de Puri, en el estado indio de Orissa, para homenajear a un misionero polaco del Verbo Divino, el padre Marian Zelazek. Un misionero que dedicó su vida a los leprosos y a los pobres. Se sucedieron las intervenciones, las danzas y las oraciones, recordando el servicio de este religioso, que incluso fue nombrado a Premio Nobel en el 2002, cuatro años antes de fallecer.

El misionero llegó a la India en 1950, a la edad de 32 años. Durante la Segunda Guerra Mundial, había pasado varios años en los campos de concentración de Dachau y Gusen. Su destino en la India era ayudar a la población indígena de las áreas de jungla de Orissa, un estado del norte del país. Pasó 25 años con ellos.

A Puri, en el Golfo de Bengala, llegó en 1975. La idea era poner en marcha un colegio, pero decidió dedicarse a trabajar con los leprosos, al ver la situación que sufrían, marginados, abandonados por sus familias y mendigando en torno al famoso Templo Shree Jagannath de Puri. Para ellos fundó Puna-ruthanpali, la “Aldea de la Resurrección”. Allí se levantaron más de 300 hogares para los leprosos que habían sido expulsados de la sociedad. Se estableció la escuela Beatrix, para los hijos de los leprosos. También una casa hogar para cuidarlos, y revisar constantemente su salud. El hospital que se construyó recibía y recibe a médicos de Polonia e Italia, desde dentistas a cirujanos.

Fallecido en el 2006, su tumba no deja de estar adornada de flores. Se las llevan no sólo los católicos, también los hindúes, que en ocasiones le rezan, porque, como dicen ellos, era un “hombre santo”.

 

Comparte esta noticia en: