Caminando con Alejandro e Inés

  • On 16 de junio de 2022

OMPRESS-ECUADOR (16-06-22) Tras el parón de la pandemia, el Vicariato Apostólico de Aguarico, en la región amazónica de Ecuador ha organizado la décimo sexta caminata “por Alejandro e Inés”. Se trata de Mons. Alejandro Labaka y de la hermana Inés Arango, dos misioneros que murieron en la defensa de los pueblos de la Amazonía. Este año se desarrollará del 9 al 21 de julio.

Desde 2007 cada año ha tenido lugar esta caminata misionera, una peregrinación de 365 kilómetros que recorre la distancia que separa Quito de la catedral de Coca, donde reposan los restos de Mons. Alejandro Labaka y de la hermana Inés Arango. Se articula en 12 etapas y se plantea como una peregrinación de conversión, que ayude a cambiar la forma de vivir y renueve el compromiso de contagiarse de la alegría del Evangelio, por la justicia, la paz y la vida. El lema que se propone es “Caminamos juntos, en comunión, participación y misión, con Alejandro e Inés”. Y para facilitar la participación del mayor número de personas, la caminata se ha organizado en tres modalidades: a pie, en bicicleta (en 4 días) y virtual.

Las etapas llevan la geografía de Ecuador en sus nombres: Comenzando en Guápulo a las afueras de Quito, Pifo, Papallacta, Baeza, El Chaco, Río Malo, Reventador, Lumbaqui, Sevilla, Lago agrio, El Eno, Sacha y, finalmente, Coca.

En 1987 los dos misioneros, Mons. Alejandro Labaka, obispo-vicario apostólico de Aguarico en la Amazonía ecuatoriana, y la hermana Inés Arango, religiosa Terciaria capuchina, pretendieron contactar con el clan tagaeri en un intento de salvarles la vida. Las empresas petroleras amenazaban con entrar en el territorio indígena y acabar con ellos. Pero ambos misioneros, que habían contactado antes con otros muchos grupos, no tuvieron suerte. “Si no vamos nosotros, los matan a ellos”, dijo monseñor Labaka antes de emprender su última misión. Los dos fueron alanceados y sus cuerpos se encontraron junto a una gran choza cuando el helicóptero del ejército fue a buscarlos al día siguiente. La muerte de Alejandro e Inés ha marcado la historia de los misioneros que viven y trabajan en este rincón de Ecuador.

 

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