OMPRESS-SANT FELIU DE LLOBREGAT (30-10-23) Como en el resto de diócesis españolas, el lema del Domund propuesto por el Papa Francisco para este año, “Corazones ardientes, pies en camino”, ha sido también la inspiración de todas las actividades que han tenido lugar en la diócesis de Sant Feliu de Llobregat.

En la delegación de misiones, explican, han enviado el material a las escuelas y a las parroquias, para difundir el mensaje a todos los cristianos comprometidos en el anuncio del Evangelio. En las parroquias de San Cosme y Damián, La Mercè y Sant Pere i Sant Pau de El Prat de Llobregat, han recibido a la Hermana Vilma d’ Silva, carmelita misionera de Goa, India. En su testimonio ha concretado como se encarna en las grandes poblaciones pobres el mensaje del Papa. Gracias a las aportaciones económicas que recibe el Domund, se puede ayudar a aquellas personas desposeídas de lo más necesario, la higiene, la educación, la alimentación… La hermana Vilma reflexiona sobre como los cristianos que fueron evangelizados, son ahora los evangelizadores de nuestras sociedades en Europa. Ella misma ha venido de misionera voluntaria a Barcelona.

Compartió también su testimonio con el grupo de confirmación de San Cosme. Los jóvenes han entendido el mensaje “Todos somos misioneros”. Aquí y ahora, tenemos un gran campo de acción en la parroquia, el instituto, el grupo de amistades… También es necesario saber el trabajo de evangelización que llevan a cabo los misioneros, en cada comunidad en la que están encarnados. Como predican el Evangelio no solo de palabra, sino con su ejemplo, con su vida entregada a los más pobres, como Jesús.

En las parroquias de Vilafranca del Penedès el día del Domund coincidió con un encuentro de católicos de varios países que residen en Barcelona. Fue para ellos fácil comprobar la universalidad del catolicismo. Se reflexionó sobre como gracias a los primeros misioneros en Europa, ahora más de mil años después, somos cristianos y celebramos nuestra fe compartiéndola con alegría.

Con el Papa expresamos nuestra cercanía a todos los misioneros y las misioneras del mundo, en particular a aquellos que atraviesan un momento difícil.

El Señor resucitado, nos dice el Papa, está siempre con ustedes y ve su generosidad y sus sacrificios por la misión de evangelización en lugares lejanos. No todos los días de la vida resplandece el sol, pero acordémonos siempre de las palabras del Señor Jesús a sus amigos «En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo».

Dejémonos entonces acompañar siempre por el Señor resucitado que nos explica el sentido de las Escrituras. Dejemos que Él encienda nuestro corazón, nos ilumine y nos trasforme, de modo que podamos anunciar al mundo su misterio de salvación con la fuerza y la sabiduría que vienen de su Espíritu.