Apuesta segura para el desarrollo, ayudar a las religiosas católicas

  • On 20 de diciembre de 2018

OMPRESS-UGANDA (20-12-18) La Fundación Conrad Hilton presentaba en noviembre su estrategia 2018-2022 en la ciudad de Kampala, Uganda. Antes de fallecer en 1979, Conrad Hilton, el fundador de una de las cadenas de hoteles más importantes del mundo, estableció en su testamento la creación de una Fundación con su nombre para financiar diversas causas. La más importante de ellas el Fondo Conrad Hilton para Religiosas. Sentía una especial veneración por la labor de las religiosas católicas.

La Fundación siempre ha priorizado el apoyo a las religiosas no sólo porque a su fundador le enseñaran el catecismo las hermanas de Loreto sino como reconocimiento al hecho de que más de 700.000 religiosas católicas en todo el mundo están dedicadas a la educación de la infancia y la juventud, y el cuidado de los oprimidos y vulnerables.

La “Catholic Sisters Initiative” que lleva adelante la fundación ha ayudado, desde 1986 a 537 congregaciones religiosas femeninas distintas. Cada año entrega 7,5 millones de dólares a estas congregaciones, con sumas que van de los 10.000 a los 15.000 dólares.

Desde 2001 a 2017, la Fundación ha hecho 8.826 donaciones que han ido destinadas, sobre todo, a religiosas en África y Asia, y que han tenido como ejes y prioridades la atención a la mujer y a la infancia, los emigrantes y refugiados, la educación, la sanidad, el agua potable y la agricultura.

En la anterior fase de su estrategia, de 2013-2017, se han logrado varios éxitos, entre ellos un aumento significativo del número de religiosas que han logrado títulos de post-secundaria, y que ahora son capaces de llevar adelante y expandir sus actividades de ayuda a los demás. En esta línea seguirá la siguiente fase, 2018-2022, que tiene como guía la “Teoría del Cambio” que anima esta estrategia: crear contactos y colaboraciones que permitan que las religiosas católicas sean reconocidas como líderes globales, en el campo del desarrollo humano sostenible, siempre basándose en la vitalidad del carisma de cada congregación religiosa.

La Fundación reconoces que las religiosas católicas ejercen su labor “en los lugares más difíciles y peligrosos para afrontar las desigualdades sociales y económicas ayudando a personas de culturas religiosas distintas”.

 

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