OMPRESS-BRASIL (22-02-23) El pasado domingo las Hijas de María Auxiliadora celebraban en San Gabriel da Cachoeira, en el Estado brasileño de Amazonas, este centenario que ha reunido a sus comunidades educativas de la Provincia de Nuestra Señora de la Amazonía.

Fue el 16 de febrero de 1923 cuando llegaron las primeras cuatro misioneras salesianas a San Gabriel de Cachoeira. Las había llamado un obispo salesiano, Mons. Pedro Massa, prefecto apostólico de Río Negro, como se llamaba entonces, cuando se estaba creando, la actual diócesis de San Gabriel. Las cuatro habían partido de Río de Janeiro y tardaron 37 días en llegar, a pesar de ser un viaje en el mismo país. Llegaban apara ayudar a los salesianos ya presentes, asistir a las mujeres indígenas y ocuparse de tareas sanitarias. Se llamaban Anna Masera, Antonia Beinotti, Caterina Oliveira y Elisa Ferreira. Esta última fue la cronista de aquellos días, que cuenta: “Finalmente llegamos a San Gabriel. Fuimos a la parroquia para el canto del Te Deum, la bendición eucarística y algunos saludos. Todos querían ver a las misioneras: hombres, mujeres, niños… Querían vernos, tocarnos, examinarnos de pies a cabeza. Todos estaban asombrados…”.

En la misa que tuvo lugar este domingo en el gimnasio del Colegio San Gabriel, el obispo de la diócesis, Mons. Edson Damian, afirmaba: “Si hoy todavía es difícil hacer este viaje por el Río Negro, imagínense en aquellos tiempos”. La misa fue concelebrada por doce sacerdotes, entre ellos algunos nativos, antiguos alumnos de las hermanas salesianas. En su homilía, Mons. Damián destacó la importancia de la presencia de la Familia Salesiana en Río Negro, desde 1915, con la rama masculina, y desde 1923, con las religiosas, quienes en poco tiempo pasaron a insertarse en las principales comunidades indígenas. Desde el primer momento los líderes indígenas se dieron cuenta de que eran diferentes a los otros blancos que habían venido a la región con fines menos nobles: los salesianos habían venido a compartir la vida con ellos y transmitirles sus conocimientos. En una región, añadía, en la que el gobierno estuvo ausente hasta los años noventa, “los que se ocuparon de la educación y la salud fueron los salesianos y las Hijas de María Auxiliadora”, contribuyendo también a la formación de los jóvenes indígenas en los colegios de Manaos. También subrayó que la mayoría de las religiosas que trabajan en la Amazonía brasileña son nativas de la región: “Es una congregación que ha adquirido un rostro amazónico y cada vez más indígena”. En nombre de la diócesis, expresó su agradecimiento por los 100 años de heroica labor de las hermanas salesianas, pidiendo que “continúen aquí entre nosotros muchos, muchos años, para que sigan haciendo un bien inmenso, una evangelización a través de la educación y su presencia en las familias, en la comunidad”.

Hoy, 100 años después, son 113 Hijas de María Auxiliadora en la Provincia de Nuestra Señora de la Amazonía.