100 años de la llegada del Evangelio a Mbaïki
- On 7 de febrero de 2025
OMPRESS-REPÚBLICA CENTROAFRICANA (7-02-25) Tere Monzón, una Laica Misionera Comboniana de Toledo, ha vivido en primera persona el centenario de la evangelización de la diócesis de Mbaïki, República Centroafricana. El obispo de esta diócesis es el comboniano burgalés Mons. Jesús Ruiz Molina, un misionero con casi cuarenta años de labor misionera en África.
Tere Monzón forma parte de una comunidad de Laicos Misioneros Combonianos en Mongoumba, un pueblo de esta diócesis africana. La comunidad se abrió en el año 2000 y desde entonces no ha cerrado sus puertas. Precisamente allí, en Mongoumba, ha sido donde ha tenido lugar la celebración de la llegada del Evangelio a Mbaïki, porque la evangelización se inició en este pueblo, situado en la frontera con la República Democrática del Congo. Los misioneros llegaron remontando el río Ubangui, teniendo a la izquierda la República Centroafricana y a la derecha el Congo.
“Nuestra diócesis ha organizado una peregrinación de todas las parroquias”, cuenta Tere. “Este fin de semana hemos recibido a más de cuarenta sacerdotes y religiosas de diferentes congregaciones, países y continentes. El encuentro ha contado con una parte formativa, sobre la historia evangelizadora, pasado, presente y futuro. El sábado por la tarde, el obispo, Mons. Ruiz, inauguró el monumento conmemorativo y, después, las congregaciones religiosas explicaron sus distintos carismas y los trabajos que desarrollan en la diócesis. También contamos con testimonios de catequistas y otras personas comprometidas en sus parroquias”.
Aunque la evangelización comenzó hace ya un siglo, la diócesis de Mbaïki no se creó hasta 1995, dividiendo todo su territorio de la archidiócesis de Bangui, la capital del país. La mitad de su población es católica. Los dos obispos que ha tenido, Mons. Ruiz es el segundo, han sido combonianos, lo que muestra el compromiso misionero de la familia comboniana con este pueblo que, desgraciadamente, como explicaba en una entrevista el propio obispo, está fuera del “radar humanitario”, a pesar de las muchas necesidades que sufre.