El misionero Rafael Marco comparte el poema de una niña invidente de Níger

  • On 13 de noviembre de 2025

Rafael Marco, de la Sociedad de Misiones Africanas, comparte un poema escrito por Hamida, una de las niñas que acogieron en el proyecto para niños invidentes de Gaya, en Níger, un oasis de cariño para estos niños en uno de los países más pobres del mundo. Como él mismo dice, es de una belleza, ternura y esperanza extraordinarias.

“Hamida, eres nuestra referencia”, le dice el misionero, “porque tu fuerza y tu luz permanecerán siempre en nuestra casa, en nuestro hogar. Tú lo has querido así desde el primer día. Juntos hemos luchado contra el olvido, el silencio, el miedo, la maldición y la soledad. Ese había sido nuestro pan cotidiano que pudimos vencer y reemplazar por palabras de amor y confianza con el sueño de crecer, aprender, trabajar y esperar por los más pequeños y marginados que tú bien conociste. Hoy eres tú la que más nos anima y gracias a ti nuestro proyecto seguirá adelante con la ayuda y la bendición de Dios, que no nos puede dejar de la mano. Eres un primor. Eres un encanto. Eres un amor y por eso te damos las gracias de todo corazón”.

El poema se titula: “La luz de la escuela”.

No veo el sol,

Pero siento su calor en mi piel.

No leo los colores del cielo,

Pero puedo escuchar a los pájaros cantar allá arriba.

Comprendí que la luz no está en mis ojos,

Brilla en mi animoso corazón.

Porque la escuela me abrió el camino:

Que mis manos aprendan,

Que mi espíritu finalmente despierte.

Amigos míos, hermanos y hermanas del silencio,

Dejemos la calle, la mendicidad, el sufrimiento.

Nuestros bastones son la llave,

Nuestros sueños son las alas,

Vayamos a buscar el conocimiento

porque es hermoso y eterno.

Dios no se ha olvidado de nosotros,

Nos ha colmado de fuerza para seguir adelante.

Incluso sin ver, uno puede tener éxito,

Incluso sin luz, puedes crecer.

Así que ven conmigo, tomemos nuestros cuadernos,

Escuchemos, toquémonos, aprendamos a amar.

La escuela y nuestra fraternidad

Son nuestro propio sol

Para que nuestras vidas brillen,

en todas partes y para siempre.

En el año 2020 también compartió una hermosa poesía que había escrito otra niña, otro ángel invidente, que se puede leer aquí.

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