Más de 10.000 jóvenes españoles han sido misioneros este verano
- On 28 de agosto de 2024
Más de 10.000 jóvenes españoles han dedicado sus vacaciones de verano a acompañar a los misioneros en diferentes partes del mundo. Cuatro de ellos, que han estado en diferentes continentes, explican qué ha significado para ellos esta experiencia, que ayuda a miles de jóvenes a fortalecer su fe en su vida cotidiana en el regreso a casa.
Con tan solo 20 años, Lucas Ucelay ya había acompañado a las Misioneras de la Caridad en Cuba, Tánger y en Madrid. Este verano ha estado un mes y medio en Calcuta, cuna del carisma de la fundadora de la congregación, Santa Teresa de Calcuta. “Ha sido una experiencia que me ha cambiado el alma”, explica a Obras Misionales Pontificias (OMP) en un vídeo. “En este tiempo en Calcuta me he dado cuenta de que tenemos que pasar tiempo de calidad con el Señor”, afirma este joven. Y para ello, se da unas pautas para rezar ya de vuelta a casa, que pasan por dejar distracciones como el móvil y ponerse delante del Señor.
A la vez que Lucas estaba en Calcuta, Matilde Díez acompañaba al sacerdote burgalés Alfonso Tapia por la selva peruana, en concreto con los niños indígenas. Es el tercer verano que dedica a esta misión, a través de la Asociación Jatari. “Es bastante chocante porque aunque son peruanos, muchos no hablan castellano”, explica en otro vídeo. Estos niños tienen problemas serios de malnutrición, que afecta al crecimiento y al aprendizaje. “Acompañamos al cura, y hablamos de Dios de ejemplo y de palabra”, afirma esta joven de 22 años, que está convencida de que la misión es una forma de estar al servicio.
Norberto Quintana, joven de Effetá, y Gabriel Rodríguez, seminarista, estuvieron con la delegación de misiones de la diócesis de Canarias en Songo (Mozambique) en julio. “La misión está siendo una aventura, una experiencia de fe”, explicaban a OMP desde allí. Ha sido su primera vez en la misión y las expectativas han sido superadas con creces, especialmente ante la entrega de los dos misioneros a los que han acompañado, Manuel Ramírez y Alberto Font–este último con 92 años, 60 de ellos en Mozambique, al pie del cañón-. “Esto no es un voluntariado ni unas vacaciones solidarias”, afirma Gabriel. “Aquí estamos de misión, colaborando, haciéndonos parte de esta comunidad”.
Una experiencia que fortalece la fe
“A veces, al hablar de los jóvenes que entregan su tiempo de vacaciones a la misión, valoramos su generosidad, su disponibilidad, su entrega… y es evidente que hay que hacerlo”, explica José María Calderón, director de OMP. “Pero no podemos olvidarnos que esos jóvenes vuelven a su lugar de trabajo, de estudio, de ocio, con un convencimiento mucho más arraigado: ¡que Dios hace obras preciosas en ellos a través de aquellas personas a las que han ido a servir! La experiencia de la misión… les enriquece enormemente como personas, como ciudadanos, ¡como cristianos! Y por ello hay que dar, también, muchas gracias a Dios”, concluye.
Son decenas las instituciones que organizan experiencias misioneras de jóvenes españoles en verano. OMP recopila anualmente el contacto de más de 70 de ellas en la Guía compartir la misión, un “catálogo” que favorece que los jóvenes puedan conocer la inmensa variedad de experiencias misioneras que se ofrecen desde la Iglesia española y apuntarse a alguna, siempre con un proceso de formación previo. Y para todos estos jóvenes con inquietud misionera, OMP ofrece la App Supergesto, disponible gratuitamente en todas las plataformas, para que la misión no sea algo puntual sino que les acompañe todo el año a través de testimonios, vídeos y podcast.