Exaltación de la Cruz: los cristianos perseguidos, en un constante calvario
- On 13 de septiembre de 2024
365 millones de cristianos viven en persecución a día de hoy, un amplio porcentaje de creyentes que deben vivir su fe a escondidas y con miedo a lo que pueda pasar. Muchos de ellos están en territorios de misión, donde también los propios misioneros, salidos de países con libertad religiosa, se juegan la vida para anunciar a Cristo.
Las Obras Misionales Pontificias no son ajenas a esta realidad, y por eso, cada año se destinan importantes ayudas a la protección de parroquias, monasterios o seminarios, para evitar en la medida de lo posible los ataques.
Nigeria es uno de los países en los que ser cristiano es más peligroso. Por eso, en los últimos años, OMP ha destinado, gracias a campañas como el Domund o Vocaciones Nativas, varias decenas de miles de dólares cada año en la construcción de muros que protejan de ataques, varios de ellos de terroristas, a comunidades como la parroquia de Santa María en Bomadi, el seminario menor de San José en Maiduguri o el convento de la Madre del Perpetuo Socorro de los Arcángeles, en Auchi.
Además, esta persecución no excluye a los más pequeños. Infancia Misionera también aporta su pequeño grano de arena para los niños afectados por el terrorismo y la persecución. En dos años, esta obra aportó 12.000 euros a la escolarización de niños afectados por los ataques terroristas en la diócesis de Fada N’gourma, en Burkina Faso.
Cada uno de estos proyectos supone unos 15.000 dólares de media, lo que significa que todas estas ayudas, en vez de destinarse en proyectos pastorales, sanitarios y educativos, deben ser invertidas en la seguridad de la Iglesia local.
Sin embargo, los fieles llevan esta cruz cada día, imitando a Cristo en el sufrimiento, y manteniendo viva una fe que cada año crece más: La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos.