Carlota Valenzuela, joven influencer: “La oración cambió mi vida”
- On 4 de marzo de 2024
Carlota Valenzuela, una joven granadina influencer conocida por peregrinar a pie de Finisterre a Jerusalén, compartió con los trabajadores y voluntarios de Obras Misionales Pontificias (OMP) su experiencia con la oración. Según explicó, la oración está en el origen de su cambio de vida y es la brújula que le orienta cada día. Y es también el denominador común de todos los misioneros a los que ha entrevistado en el proyecto en el que colabora, “Hagan lío”. Y, por ello, defendió la importancia de crear una rutina diaria.
Carlota nació en Granada y pasó una infancia muy feliz. Ya de joven se trasladó a Madrid, donde alcanzó todo que había deseado: estudió un máster, tenía un buen trabajo, un piso en el centro… Y sin embargo, no era suficiente. “En el fondo de mi corazón había una frustración, la sensación de que tenía que haber algo más”. Y por eso, tomó la determinación de hacer silencio y rezar con más intensidad, con una búsqueda sincera y honesta. “Fue la primera vez en mi vida en la que yo empecé a hacer una rutina de oración seria, no dependía de cómo me despertaba cada mañana, haciendo esta pregunta cada día: ¿Señor, qué quieres de mí?”.
Así fue como, dentro de ella, comenzó a surgir un deseo profundo de peregrinar a Jerusalén a pie desde Finisterre. Aventura que emprendió en 2022, que le llevó a un viaje de once meses de recorrido a pie por España, Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Montenegro, Albania, Grecia, Chipre e Israel, que le hicieron conocer la belleza de la Iglesia y la fuerza de la Providencia. Ya en Israel, tuvo que adelantar su regreso a casa porque su abuela estaba enferma. “Entendí perfectamente que ese era mi Jerusalén, que todo lo que no había sentido en el Santo Sepulcro era ahí [con mi abuela] donde lo tenía que sentir, era ahí donde el Señor me estaba esperando”.
Esta experiencia, que nació de la oración, le cambió por completo. Carlota dejó su trabajo para dedicarse a la evangelización en las redes sociales. En ese momento, el director de cine Juan Manuel Cotelo contactó con ella para el proyecto Hagan Lío, y con él ha recorrido el mundo documentando historias de personas que han dicho Sí al Señor. “Una cosa que me ha impactado muchísimo de estas personas es que cuando les preguntamos de dónde nace su misión, todos sin excepción, tienen la misma respuesta: de la oración”, explicó. “Si no viniese de la oración, solo sería activismo”.
Rutina de oración
Este aprendizaje de los misioneros le ayuda a ella en sus redes sociales. “Si no nos estamos nutriendo de una relación personal con Aquel que nos ama, nada de nuestro trabajo o misión tiene sentido”, explicó. “Cuando uno ve a alguien que no reza, se nota, se huele”. Y por eso, merece la pena dedicarle tiempo, establecer una rutina seria y pelear contra nuestras miserias.
Carlota compartió con los trabajadores y voluntarios de OMP su manera de hacer oración. En su caso, reza por las mañanas, recién levantada. Dedica media hora en silencio a la oración, y después reza Laudes y hace las preces del salterio y las personales. Después lee el Evangelio del día, pensando qué va a contar en Instagram. “Aquí tengo que rectificar la intención constantemente porque no es lo que yo voy a predicar, es lo que Dios tiene para decirme hoy en su Palabra”. Y termina con oración escrita. “Yo ‘beso’ ese ratito de una hora por las mañanas, porque no me roba tiempo de otras cosas; al revés, le da sentido a todo”. Y ese rato, cambia la forma de vivir el día. “Me voy dando cuenta de que mi día se va espolvoreando de oración espontánea, voy caminando por la calle y me veo en una disposición más contemplativa”. Y esa es su intención. “Mi meta es que esto se vaya convirtiendo en algo que impregne cada minuto de mi vida”.
Puedes ver la intervención de Carlota Valenzuela en el XXI Encuentro de Empelados y Voluntarios de OMP aquí.