El gallego Santiago Agrelo pertenece a la Orden de Frailes Menores (franciscanos) y es actualmente el arzobispo de Tánger (Marruecos), una comunidad cristiana de apenas 2.000 fieles dispersos en un territorio de 20.000 quilómetros cuadrados. La Archidiócesis de Tánger es uno de los 1.113 territorios de misión a los que Obras Misionales Pontificias (OMP) ayuda por mandato de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. En 2016 OMP España envió a Tánger una ayuda de 56.000 dólares, una ayuda material que es un signo de la atención que la Iglesia Universal quiere prestar a todas las iglesias, especialmente las más pobres y pequeñas.
Monseñor Agrelo describe con emoción cómo es su iglesia local: “la Iglesia ‒ese puñado de hombres y mujeres dispersos en un territorio que los haría invisibles si nos los hiciese luminosos la gracia‒, lo da todo por nada. ¡Todo!: recursos económicos ingentes, recursos humanos preciosos, tiempo y trabajo, sólo porque Dios ama a sus hijos y hemos sido llamados a hacerlo evidente”.
Una Iglesia que cuenta con “15 Institutos religiosos ‒12 femeninos y 3 masculinos‒, cada uno de los cuales, desde su llegada a Marruecos, viene desarrollando un proyecto evangelizador: el de llevar a los pobres la buena noticia, del que se hacen cargo por entero los mismos Institutos”. Como dice el obispo, “esta Iglesia ‒las instituciones que en ella trabajan‒ se vacía para que los pobres se sepan amados de Dios, y ésa es la única recompensa de su trabajo”.
Del total de la ayuda enviada el año pasado por OMP España a Tánger, 30.000 dólares eran para los gastos ordinarios de la diócesis y el resto para dos ayudas extraordinarios de 18.000 y 8.000 dólares, para la reparación del tejado de la iglesia de la parroquia de Ntra. Sra. de las Victorias de Tetuán y para la reparación de la iglesia de Ntra. Sra. del Pilar.
Monseñor Agrelo afirma que la ayuda que nos llega desde OMP, “nos hace sentir el calor de los hermanos en esta tarea que es de todos, nos hace sentir arropados por las demás Iglesias, empujados con más fuerza hacia los pequeños de Dios”.
Pero en este punto, el arzobispo de Tánger destaca una de las características más sobresalientes de las OMP, su reciprocidad: “Esa misma solidaridad queremos que no falte a las demás Iglesias. De ahí el signo humilde, que es nuestra casi insignificante aportación a la colecta a favor de OMP. Es pequeña, pero lleva dentro el corazón de esta Iglesia”.