Las Obras Misionales Pontificias, a través del DOMUND, llevan 16 años ayudando a la reconstrucción de las infraestructuras de la diócesis de Kwito-Bié, en Angola. Sólo para afrontar los gastos ordinarios y las necesidades más urgentes, se enviaron el año pasado 34.570 dólares.
La región angoleña de Kwito-Bié fue una de las más devastadas por la guerra que asoló Angola durante más de 40 años. Desde el 2002, desde la paz, los fieles angoleños y sus sacerdotes, las religiosas y religiosos, los misioneros, han ido reconstruyendo poco a poco iglesias, misiones, dispensarios, escuelas, casas parroquiales… Paso a paso van logrando “cambiar el mundo”, como dice el lema del DOMUND. La labor de estas mujeres y hombres van cambiando la desolación de la guerra por la alegría de la paz y la reconciliación.
Mons. José Nambi, el obispo de Kwito-Bié, agradecía la generosidad de todos los fieles que colaboran con el DOMUND, porque las ayudas enviadas por las Obras Misionales Pontificias son “un apoyo decisivo para poder resolver tantas necesidades que nos afligen”. Cuenta el obispo que ya se han puesto en marcha las obras de diversas misiones y parroquias sufragadas por el DOMUND. Así se está terminando de arreglar todo el techo de la Parroquia del Carmen, en Katemo, con 12.000 dólares enviados en 2016. También, con otros 20.000 dólares se ha rehabilitado la casa de los misioneros en Cachingues-Chitembo, la misión más antigua de la diócesis, fundada en 1892. Ya se terminó el techo de los locales parroquiales de Tchibembo, con 6.000 dólares. Incluso se tuvo que reconstruir la casa donde vive el obispo y algunos sacerdotes que atienden pastoralmente la ciudad de Kwito, con otros 16.000 dólares.
También ha sido necesario ayudar a las religiosas, cuyas casas casi desaparecieron durante la guerra. Ellas son el alma de las obras asistenciales de la Iglesia en Kwito-Bié. Se enviaron 8.000 dólares para reparaciones en la casa de las Hermanas de Nuestra Señora de La Salette. También se ha ayudado a las Consoladoras de Jesús Sumo y Eterno Sacerdote, con 5.000 dólares. La congregación es angoleña y fue fundada en la misma ciudad de Bié. También se ha reconstruido la casa de las Consoladoras de Jesús, en Entre-Ríos, con 18.000 dólares, una casa que literalmente había desaparecido.
Son muchas las necesidades diversas que se han afrontado, desde poner un pozo y una bomba hidráulica en Bié, 2.500 dólares, hasta la compra de los bancos de la catedral, 10.000 dólares, pasando por la compra de un generador eléctrico, 5.000 dólares.
El pasado 4 de septiembre celebraron en Kwito-Bié 78 años de la creación de la diócesis, la mitad de ellos en guerra. La situación actual no es buena, sobre todo para los más pobres, con una crisis económica y una fuerte inflación, pero al menos hay paz. La diócesis para ayudar a los que más lo necesitan está lanzando experiencias agrícolas, además de otras iniciativas que ayuden poco a poco a “cambiar el mundo”.