Las Obras Misionales Pontificias tienen como fin principal la evangelización, lograr que el Evangelio sea anunciado hasta en los lugares más inaccesibles del planeta y por este motivo una parte muy importante de las ayudas que cada año envía OMP a los territorios de misión son destinadas para realizar la pastoral ordinaria de la Iglesia. Una labor evangelizadora en la que además de los religiosos y religiosas tienen un papel muy relevante los catequistas.
Desde el Chad la misionera Gloria Varona nos cuenta que “la labor de los catequistas en las misiones es crucial, son los verdaderos protagonistas de la evangelización porque son ellos los que anuncian a Cristo a sus hermanos y en su propia lengua”. Las Obras Misionales Pontificias es institución de la Iglesia encargada de apoyar a todos los catequistas en los territorios de misión enviando ayudas año tras año ayudas para su labor pastoral.
El año pasado la Obra de la Propagación de la Fe envió un total de 89.191.734,25 dólares a las misiones; de esas ayudas 11.145.380 dólares fueron destinadas para sostener la labor evangelizadora de los catequistas que llevan a cabo en sus pueblos o por con las radios diocesanas que también son sostenidas por OMP, con el envío de 2.154.936 dólares.
Un país que sirve como ejemplo de este tipo de ayudas enviadas por OMP es Chad, que cada año recibe más de 1.064.200 dólares y, de ellos, 100.000 dólares se utilizan para la formación de estos catequistas y que puedan llevar a cabo su labor pastoral y evangelizadora. La labor pastoral y evangelizadora de la Iglesia se refuerza muchas veces con las radios diocesanas como cuenta Antonio Serrano, misionero Javeriano en Chad: “En las misiones, gracias a una radio se puede llegar a miles de personas, se puede ofrecer consuelo a una población traumatizada por la guerra, o incluso se puede acompañar con la oración a enfermos de las aldeas más remotas”.
Con ayudas económicas que las Obras Misionales Pontificias envían cada año a los más de 1.116 territorios de misión el anuncio y la esperanza del Evangelio llegan a los lugares más recónditos del planeta.