Luchas políticas y muerte en Sudán y Sudán del Sur

OMPRESS-SUDÁN DEL SUR (18-11-25) Los obispos de ambos países hermanos han hecho público un comunicado en el que denuncian el empeoramiento de la situación, en el que condenan las luchas por el poder político, las causantes de la terrible situación de sufrimiento, división y tragedia que se vive en esta parte de África.

Del 7 a 14 de noviembre tuvo lugar en Malakal, Sudán del Sur, la Asamblea Plenaria que reunió a los obispos de ambas naciones, que tuvo como tema, precisamente, “Construir la paz, sanar heridas y fortalecer la unidad”. La paz “no es simplemente la ausencia de guerra, sino la obra de la justicia”, dijeron los obispos, decía el comunicado. “La lucha de poder en curso dentro de nuestros gobiernos y grupos de oposición en Sudán y Sudán del Sur es dañina, maliciosamente egoísta y muestra poco respeto por la dignidad de la persona humana.”

El mensaje criticaba a los líderes que explotan los recursos nacionales para beneficio personal mientras los ciudadanos comunes sufren pobreza extrema, hambre y tienen que huir. Esta malversación, denunciaban los obispos, ha afianzado camarillas políticas y ha ampliado la desigualdad social. “Nuestra tierra está llena de abundancia, sin embargo, los recursos son malversados para el lujo por unos pocos”. La injusticia, además, será semilla de conflictos futuros. Se trata de divisiones étnicas y tribales diseñadas políticamente, que son una traición a la visión fundacional de ambos países: “La unidad en la diversidad siempre ha sido nuestra fortaleza. La política miope y divisiva no debe corromper estas ricas identidades culturales y étnicas”.

Sobre las operaciones de desarme en Sudán del Sur, los obispos insistieron en que el proceso debe llevarse a cabo con el máximo respeto a la dignidad humana, condenando los ataques indiscriminados contra civiles. Pidieron la plena implementación del Acuerdo Revitalizado sobre la Resolución del Conflicto en Sudán del Sur (ARCSS) e instaron a las partes beligerantes de Sudán a honrar la Declaración de Jeddah. También expresaron su preocupación por la reciente reducción de la Misión de la ONU en Sudán del Sur, y agregaron que los cierres de instalaciones tendrán “graves implicaciones” para las comunidades vulnerables que dependen de la protección y la asistencia humanitaria. A las guerras fratricidas se han sumado las últimas y devastadores inundaciones. Los obispos citaban aldeas sumergidas, granjas destruidas, escuelas e instalaciones de salud dañadas.

A pesar de la cruda realidad, los obispos reafirmaron su compromiso de apoyar al pueblo de Sudán y Sudán del Sur y de abogar por la paz, la reconciliación y la sanación tanto a nivel político como comunitario. Instaron a los ciudadanos a orar para que los líderes abracen un diálogo sincero y anunciaron el prelanzamiento de las Pequeñas Comunidades Cristianas como parte de la renovación pastoral sinodal de la Iglesia. “Al pueblo de Sudán y Sudán del Sur, les aseguramos que compartimos su dolor y sufrimiento”, declararon. “Nos aferramos firmemente a la promesa de Cristo: ‘La paz os dejo, mi paz os doy’”. Animaron a cada parroquia, familia y comunidad religiosa a dedicar momentos diarios de oración y ayuno por la paz, instando a los cristianos a perdonarse unos a otros y permanecer unidos.