Misioneros en África al lado de los pobres
- On 17 de noviembre de 2025
OMPRESS-ROMA (17-11-25) La revista de las Obras Misionales Pontificias en Italia, Popoli e Missione ha entrevistado a tres misioneros en África, que diariamente desafían los estereotipos, para sentir cómo se percibe desde África, de Kenia a Benín, la cercanía de la Iglesia y la celebración del Día Mundial de los Pobres.
“Estoy convencido de que solo quienes sufren la pobreza a causa de este sistema inicuo salvarán a la otra mitad del mundo”, afirma fra Ettore Marangi, desde el barrio marginal de Deep Sea en Kenia. “Aquí en Nairobi, al menos una vez en la vida, quisiera proponer una peregrinación a la inversa: ¡de los barrios marginales a la ciudad de los ricos! Porque son los ricos quienes necesitan a Dios; los pobres ya lo tienen”. La nueva agenda política debería ser dictada por los barrios marginales, como sucede actualmente con las poblaciones indígenas brasileñas en Belém. Y como la Generación Z intenta hacer en Kenia —afirma el franciscano con tono provocador—. Su visión es, en realidad, opuesta a la realidad: “Me doy cuenta de que tenemos miedo de acercarnos a ellos: los pobres nos asustan, evitamos el contacto, pero deberíamos establecer relaciones humanas sinceras entre quienes lo tienen todo y quienes no tienen nada. Debemos salvar a los ricos ayudándoles a ver y a dar”. El hermano Ettore sabe que el problema radica en la falta de redistribución de los recursos: no se trata de escasez de riqueza, sino de su concentración. En los barrios marginales, propone una lectura semanal de la Biblia: “Las comunidades que tienen muy poco poseen algo que todos hemos perdido: el deseo”. No se trata de tener esperanza —dice—, “que para ellos es muy real porque saben que Dios salva”, sino más bien de deseo. Según el hermano Ettore, Occidente “nació viejo y ya no desea nada”.
La hermana Elvira Tutolo, misionera de Santa Juana Antide Thouret en la República Centroafricana, llama a los pobres “los predilectos de Dios”. Afirma que solo caminando junto a estas comunidades, como los ex niños soldados, “podemos ver de primera mano las señales de la predilección de Dios por los pobres”. Muchos jóvenes, rescatados de las calles y de la cárcel, o liberados de bandas armadas, redescubren una sensación de plenitud en la vida. “No necesito releer las páginas del Evangelio para saber que la resurrección es real. Veo personas que han pasado de la muerte a la vida: esto es la resurrección. Es la predilección de Dios en acción”. La República Centroafricana es una tierra con muchos recursos, pero la colonización nunca ha terminado, nos recuerda la hermana Tutolo: “Para Francia, siempre ha sido un refugio seguro del que extraer recursos, provocando directa o indirectamente rebeliones y golpes de Estado”. Para los mercenarios a sueldo, es una fuente de ingresos garantizada. Sin embargo, si tiene sentido celebrar una Jornada Mundial de los Pobres, “es para que no se convierta en una bandera que ondear” y luego guardar, advierte la hermana Paola Arosio, de las Caridades de Santa Juana Antide Thouret. Desde Roma, donde trabaja con migrantes en el Centro Astalli, afirma: “Si recordáramos constantemente —y no solo un día al año— a los grupos marginados, nuestra perspectiva sobre la justicia cambiaría. La encíclica ‘Dilexit te’ del Papa León XIV nos muestra la postura a adoptar: es la encíclica para los pobres y con los pobres. Cuando, por ejemplo, redactamos nuevas leyes, nuestra perspectiva cambia si ponemos a los más vulnerables en el centro”.
Desde Benín, donde trabaja con niñas víctimas de trata y esclavitud, la salesiana Johanna Denifl explica que “existen sistemas de poder y corrupción en la propia África, creados por redes criminales. Nosotras, las monjas, apoyamos a las niñas, rescatándolas de la esclavitud doméstica”. Las chicas de Cotonú son más que pobres: “Son explotadas sin recibir paga; en algunos países de África Occidental, la colonización nunca ha terminado”, dice la salesiana.

