La gente necesita tener esperanza para seguir adelante
- On 4 de noviembre de 2025
OMPRESS-BOLIVIA (4-11-25) El misionero César Gil Cantero es sacerdote de la diócesis de Alcalá, pero lleva varios años en el altiplano boliviano, a más de 4.000 metros de altura. Como cuentan desde la Delegación de Misiones de Alcalá debería haber vuelto tras su labor misionero, pero un gran acontecimiento le ha retenido un año más en la misión.
Se trata de la coronación de la Virgen de Copacabana, patrona de Bolivia. Su obispo ha pedido que este Año Mariano sea un año de evangelización y, puesto que no sabe si tras él llegará otro sacerdote a la parroquia donde está destinado, el padre César ha decidido quedarse un poco más, para hacer este último servicio a la Reina y Madre de la Misión. Desde Alcalá comparten la reflexión de este misionero en torno al Domund y al Jubileo de la Esperanza.
“Todavía cercanos al Domund de este año, ¡felicitaciones a todos los que sienten entusiasmo por la misión! El entusiasmo por la misión es cosa de fe, es cosa de un corazón que quiera latir al ritmo de aquello del Evangelio, que dice: «Vayan al mundo entero».
Ahora el mundo se ha quedado pequeñito por las comunicaciones y la tecnología. Es, como si dijéramos, que es más pequeño que en tiempos de Jesús. Pero siempre un poquito de sentido de abandono o de aventura se tiene que poner en marcha para ser servidores del Evangelio. Incluso para dejar una casa y cambiar de calle… ¡Todo cambio supone algo de desprendimiento! Personalmente, quizás la gracia de Dios se sirvió de circunstancias personales como que mi madre al fallecer ya no necesitaba de mí, o de la forma de ser con un puntito no ser muy sensato… Y así me planteé volver. Se acumulan los años en los huesos de uno, pero no las ganas de ser útiles. Y hay mucha, mucha y mucha más necesidad de todo en otras partes del mundo que en Europa.
Por eso, sabiendo de la escasez de sacerdotes en la diócesis de El Alto, en Bolivia, y quizás por eso, la falta de evangelización en aquellas partes, pedí a nuestros obispos de aquí dejarme volver. Los obispos de allá siempre están dispuestos a recibir cuando los de acá generosamente envían a alguien. Aquí, en la diócesis de Bolivia, que tiene a la Mamita de Copacabana como su patrona, hemos comenzado un Año Mariano por el centenario de su coronación. El obispo Giovanni Edgar Arana quiere que sea un año de evangelización. Personalmente, voy a seguir ayudando un poquito, arrimando el hombro para que así sea. Además, el lema de esta diócesis boliviana para este año con tanta crisis económica dice: «Solidarios y comprometidos». La devoción a la Virgen crezca entre estos hermanos nuestros de cultura aymara, emigrantes a la ciudad o todavía en el campo, y puedan fortalecerse las pequeñas comunidades parroquiales con mucha vida de fe y caridad. Para que haya verdadera esperanza, porque haya frutos verdaderos en la sociedad.
Estamos aquí en elecciones presidenciales y celebrando el Bicentenario de Bolivia con una mezcla de temor y de esperanza. Por eso, el lema del Domund de este año, centrado en la esperanza, me parece muy apropiado: la población necesita tener esperanza para seguir adelante. Desde las parroquias, atendiendo a todos, visitando a los enfermos, haciendo grupos de fe de niños y jóvenes, animando a los catequistas, predicando el Evangelio, compartiendo la Eucaristía, moviendo a la caridad en las parroquias… estamos sembrando semillas de esperanza, pero una Esperanza con mayúsculas, la que no falla, la que no pasa. Por eso, la misión, sea en el mundo de cerca o de lejos de nosotros, es dejar que el Señor, que es nuestra esperanza porque nos amó hasta el fin, se sirva de nosotros para llevarle. Se sirva de lo que somos y tenemos, de lo que podemos o buenamente intentamos, para hacerle presente. Felicitémonos a los que sentimos con entusiasmo la misión. No dejemos sin la esperanza del Amigo que nunca falla a nadie en el mundo.
Y gracias a todos los que hacen posible que podamos algunos salir de una diócesis para servir en otra, especialmente si es lejos: el apoyo en la oración, en la ayuda material, en acordarse de nosotros…
Para todos los diocesanos de la Diócesis de Alcalá: ¡¡Feliz Domund en el Jubileo de la Esperanza!!”.

