Iglesia misionera en Ecuador, siempre cerca de los más pobres
- On 29 de octubre de 2025
OMPRESS-ITALIA (29-10-25) Las Obras Misionales Pontificias de Italia (Missio Italia) han presentado la labor que los misioneros italianos llevan a cabo en Ecuador, en este mes de octubre, dedicado a las misiones. “Misioneros de la Esperanza… en Ecuador” muestra proyectos pero, sobre todo, la cercanía a los más necesitados.
“Misioneros de la Esperanza… en Ecuador” presenta los proyectos del Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio de Giuseppe Tonello. Las cifras son asombrosas: 600.000 personas se benefician de estos proyectos; 400.000 participan en el programa de comercio justo Maquita, liderado por el padre Graziano Mason. Sin mencionar la transformación de Salinas bajo la dirección del padre Antonio Polo y la labor de los laicos en los diversos proyectos. Las cifras de estas verdaderas multinacionales del bien, fundadas por misioneros de la diócesis italiana de Treviso, son impresionantes. Pero lo que realmente destaca, señalan desde Missio Italia, es la valentía que las impulsa, su forma de operar y su visión.
A principios de la década de 1990, los productores de cacao de Guayaquil se decían en una reunión: “Hay un cura loco que ha empezado a exportar cacao. Dejémoslo en paz; no durará ni seis meses”. Fue el primer contenedor que el “cura loco” Graziano Mason envió a Holanda para una ONG de comercio justo. Ese primer contenedor se ha convertido ahora en toneladas, cada año.
Pero quienes cuentan la historia de esta valentía no son Mason, Tonello ni Polo, sino María Jesús Pérez, Manuel Macías, Aida Moina, Cristian Viteri: las decenas y decenas de ecuatorianos y ecuatorianas que llevan adelante esa visión y valentía, haciéndola suya, convirtiéndose en misioneros en su propio país.
“Nestlé sin duda produce mejor queso que el nuestro”, dice el padre Antonio Polo. Pero muchos visitan Salinas porque representa un modelo de desarrollo comunitario integral, donde todos se preocupan por todos y por todo, donde lo que se produce se transforma y la riqueza generada se distribuye: la leche se convierte en queso, el ganado en carne, la fruta en mermeladas, la lana en suéteres. Y luego todo se envía para venderse en otras partes de Ecuador y en el extranjero.
Valentía y un estilo de vida arraigado en el Evangelio: esa es la visión. «Lo que leemos en la Misa, intentamos ponerlo en práctica en nuestra vida.» «Somos personas nacidas en comunidades eclesiales de base.» Esta es la esencia de esta experiencia. Practicar el Evangelio transforma vidas; «de lo contrario, llamarnos cristianos no tiene sentido.» Estas son las palabras de María Jesús Pérez, actual presidenta de Maquita. “Nos preguntamos cómo ser semillas de esperanza en esta tierra, entre esta gente”, es el mensaje subyacente de los misioneros que trabajan en el país latinoamericano.

