Kisumu, uno de los 1.131 territorios de misión que ayudará el Domund
- On 14 de octubre de 2025
OMPRESS-KENIA (14-10-25) La actual diócesis de Kisumu está celebrando 100 años de existencia. Creada como Vicariato Apostólico del Nilo Superior, y confiada a los misioneros de Mill Hill, llegados desde la lejana Holanda, hoy cuenta con más de dos millones de católicos. Como territorio de misión, la Iglesia y el Papa siempre han velado por Kisumu.
El pasado 10 de octubre celebró sus 100 años con una fiesta multitudinaria, a la que se sumó el Papa León XIV con un mensaje en el que agradeció a Dios “las abundantes gracias concedidas a lo largo de estos años”. También pidió que este centenario “favorezca una conversión más profunda, una renovada vitalidad espiritual y una dedicación cada vez mayor a la misión de evangelización, especialmente en el servicio a los pobres y necesitados”. El mensaje expresaba una cercanía del Papa y de la Iglesia universal que ha sido una constante en estos cien años. Cada inicio de curso siempre han contado con el respaldo de las Obras Misionales Pontificias, las Obras del Papa que, en la medida de lo posible y gracias a la generosidad de miles y miles de católicos de todo el mundo, ha enviado una ayuda “ordinaria”, fija y constante, y otras “extraordinarias” para las necesidades más urgentes.
La labor abnegada de los Misioneros de Mill Hill, la sociedad de sacerdotes fundada en Inglaterra a la que se sumaron numerosos misioneros de Centroeuropa, y a quienes se confió el entonces Vicariato Apostólico del Nilo Superior, hizo posible que nacieran las primeras comunidades cristianas. 25 años después de su llegada, en 1950, los católicos ya eran más de doscientos mil y, cuando dieron el testigo al clero diocesano, al nombrarse en 1976 al primer obispo keniano, se acercaban al doble de ese número. Hoy superan los dos millones con 75 sacerdotes diocesanos, 40 sacerdotes religiosos y casi 300 religiosas.
En este centenario, que ha coincidido con el Jubileo de la Esperanza, la diócesis de Kisumu ha querido tener muy presentes tanto a aquellos misioneros como a los primeros cristianos que tuvieron la valentía de abrazar la fe. Por eso designaron como lugares de peregrinación jubilar las 10 primeras parroquias históricas: Nyabondo, Milimani, Ojola, Katito, Aluor, Rangala, Mbanga, Sega, Lwak y Yala. Estas parroquias fueron las iglesias madre de Kisumu y prácticamente cada católico de la diócesis ha tenido relativamente cerca una de ellas. Además también recordaron y visitaron las tumbas de los dos primeros obispos misioneros de Kisumu, que descansan en tierras kenianas: Mons. Gorgonius Brandsma, obispo de 1925 a 1935, y Mons. Nicolas Stam, de 1936 a 1948. Las peregrinaciones durante este año han movilizado a miles de fieles, en un número sin precedentes, que han podido ganar el jubileo en las diez iglesias y peregrinar hasta las tumbas de los misioneros.
Kisumu es uno de los 1.131 territorios de misión que dependen directamente del Dicasterio para la Evangelización –la antigua Congregación para la Evangelización de los Pueblos o Propaganda Fide–. Es a ellos a los que va destinada la ayuda que ofrecen los fieles católicos de todo el mundo tanto el próximo 19 de octubre, el Domingo Mundial de las Misiones, el Domund, como durante todo el año, con su generosidad con la Obra de la Propagación de la Fe, que lo impulsa, y con las otras Obras Misionales Pontificias que ayudan a las vocaciones en países de misión y a los niños con Infancia Misionera. Solo en este año 2025, se han enviado a Kisumu un subsidio ordinario de 25.000 dólares para los gastos del día a día, y otro de 15.000 dólares para los catequistas, verdadera columna vertebral de la transmisión de la fe en esta Iglesia africana.
También se han enviado 50.000 dólares para renovar la Catedral de Santa Teresa, para afrontar trabajos generales (techo, pintura, suelo, cabinas, ventanas, puertas, sacristía, etc.), la electricidad, la fontanería para disponer de fuentes de agua potable, y otras reformas que han permitido celebrar con dignidad el centenario de la diócesis. La última ayuda, de 22.000 dólares, ha ido destinada a la construcción del noviciado de las Hermanas Franciscanas del Buen Pastor en la parroquia de Riwo, un gesto de generosidad pero también de agradecimiento porque las religiosas también han sido fundamentales en el crecimiento de la Iglesia en Kisumu.