Tres años del asesinato de los jesuitas en Cerocahui
- On 26 de junio de 2025
OMPRESS-MÉXICO (26-06-25) El pasado 20 de junio se cumplieron tres años del asesinato en la localidad de Cerocahui, en Chihuahua, de los misioneros jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, a manos del narcotráfico. Para conmemorarlos una Caravana por la Paz ha recorrido la región. Los dos religiosos fueron asesinados el 20 de junio de 2022 por haber defendido a Pedro Palma en el interior de la Iglesia de San Francisco de Cerocahui, un pueblo de la Sierra Tarahumara, en el Estado de Chihuahua, México. Fueron acribillados a tiros por narcotraficantes.
La Caravana por la Paz, según informan la Compañía de Jesús en México, partió el pasado jueves día 19 desde el paraje conocido como “Las Cruces”, sitio donde fueron encontrados los cuerpos de las víctimas. Recorrió los pueblos de San Rafael, Bahuichivo, y una ermita conocida como Paso de la Virgen en el camino a Cerocahui. En cada parada, la comunidad expresó su dolor y esperanza a través de las danzas tradicionales de pascolas y matachines, manifestaciones vivas de la espiritualidad rarámuri, la comunidad indígena que habita la zona. Ya en Cerocahui, se rezó el Rosario y comenzó la velación comunitaria, que se prolongó durante toda la noche acompañada de oración y danzas. Al amanecer del 20 de junio, se celebró la misa conmemorativa presidida por Mons. Rafael Sandoval, obispo emérito de Tarahumara, y Mons. Juan Manuel González, actual obispo de la diócesis. Tras la Eucaristía se inauguró el Oratorio in memoriam, un espacio íntimo que resguarda objetos personales de los padres Javier, Joaquín y del también jesuita padre Andrés Lara, misionero que dedicó gran parte de su vida al acompañamiento de la comunidad de Cerocahui.
A las 3:00 p.m., en un gesto simbólico y unitario, se convocó al repique de campanas en todos los templos católicos del país, para honrar la memoria de los miles de víctimas de la violencia en México. Fue una llamada colectiva a recordar, a resistir, y a seguir trabajando por la construcción de paz. En la capital del país, la Parroquia de la Sagrada Familia, obra encomendada a la Compañía de Jesús, Mons. Francisco Javier Acero Pérez, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, presidió una eucaristía para recordar este acontecimiento y hacer memoria de otras tantas víctimas de la violencia. En su homilía, hizo un llamado a todos los sectores de la sociedad a comprometerse activamente con la construcción de la paz, todos los espacios. Al finalizar la misa, se presentó el documental “Yawimé: Las huellas de Javier y Joaquín”, una producción realizada por los jesuitas de la Tarahumara con el apoyo de las fundaciones Loyola y Sertull. El documental recoge la memoria viva de estos mártires a través de los testimonios de quienes convivieron con ellos y continúan su labor en la región.
Ese mismo día, el Diálogo Nacional por la Paz – una iniciativa que comenzó precisamente con el asesinato de los dos misioneros jesuitas–compartió un comunicado en el que se hace memoria no solo de Javier y Joaquín, sino de miles de víctimas más: comunidades desplazadas, jóvenes desaparecidos, defensores asesinados, territorios arrasados: “A tres años del asesinato de nuestros hermanos jesuitas, tenemos la esperanza de seguir construyendo condiciones para el encuentro, la seguridad y la justicia. Invitamos a jóvenes, académicos, empresarios, organizaciones sociales y comunidades de fe a sumarse a este esfuerzo por la paz. Que Dios nos bendiga en este trabajo pequeño pero inmenso para el bien de nuestro país.”