La fascinante aventura de la vocación sacerdotal
- On 25 de junio de 2025
OMPRESS-ROMA (25-06-25) Este viernes 27 de junio, con las celebraciones del Jubileo de los Seminaristas y de los Sacerdotes, el Papa Léon XIV ordenará 31 nuevos sacerdotes en la que será la segunda ordenación de sacerdotes desde su elección como sucesor de Pedro. Uno de estos ordenandos es el diácono Joseph Mutisya, de la diócesis de Kitui, en Kenia. La primera ordenación fue el pasado 31 de mayo con 11 sacerdotes para la diócesis de Roma.
El joven Joseph comenzó su formación en 2015 en el gran Seminario Mayor de Cristo Rey, de la cercana diócesis de Nyeri, uno de los seminarios más grandes del mundo con casi 400 seminaristas de diversas diócesis de Kenia. Según el plan pastoral de la diócesis de Kitui, se espera que hasta el 2028 la diócesis pueda ordenar 50 sacerdotes que se sumen a los 97 actuales.
Ayer, cerca de 4.000 seminaristas se daban cita en su Jubileo, con el Papa León XIV ante el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro. En las palabras que les dirigió el Papa les recordó que no solo eran peregrinos “sino también testigos de esperanza: la testimonian a mí y a todos, porque se han dejado involucrar por la fascinante aventura de la vocación sacerdotal en un tiempo no fácil. Han acogido la llamada a convertirse en anunciadores mansos y fuertes de la Palabra que salva, servidores de una Iglesia abierta y de una Iglesia en salida misionera”.
Están llamados, les dijo a todos, a vivir una experiencia de amistad con Jesús, en la que “Él debe crecer y nosotros disminuir, para que podamos ser pastores según su Corazón”. Les insistió en que es necesario aprender a amar y a hacerlo como Jesús: “Como Cristo amó con corazón de hombre, ¡ustedes están llamados a amar con el Corazón de Cristo! Amar con el corazón de Jesús. Pero para aprender este arte hay que trabajar en la propia interioridad, donde Dios hace oír su voz y desde donde parten las decisiones más profundas; pero que es también lugar de tensiones y luchas, que hay que convertir para que toda su humanidad huela a Evangelio”. Porque, “en un mundo en el que a menudo hay ingratitud y sed de poder, en el que a veces parece prevalecer la lógica del descarte, ustedes están llamados a dar testimonio de la gratitud y la gratuidad de Cristo, del júbilo y la alegría, de la ternura y la misericordia de su Corazón”.
Finalmente les animó a que “sobre la tumba del apóstol Pedro y junto a mí, su Sucesor”, renovaran “solemnemente la fe de su Bautismo” con la recitación del Creo. “Que este Credo sea la raíz de la cual brota el ‘aquí estoy’ que dirán con alegría el día de su ordenación sacerdotal. Dios, que ha comenzado en ustedes su obra, la lleve a cumplimiento”.