El barco “Bel Espoir”, una “hermosa esperanza” en este jubileo

  • On 18 de marzo de 2025

OMPRESS-TETUÁN (18-03-25) Durante 8 meses de este año jubilar el velero “Bel Espoir” recorrerá el Mediterráneo con 200 jóvenes que se irán turnando como tripulación –de 25 en 25– en singladuras que desde Barcelona hasta Chipre y Estambul, y de vuelta a Nápoles, les harán vivir una experiencia de paz y jubilar única.

Serán 30 puertos desde este mes de marzo hasta octubre, aprovechando la buena mar de estos meses. La goleta de tres mástiles concebida como buque escuela para la paz que formará a los jóvenes que participen –dejando su semilla en quienes los acojan en los diversos puertos–, en el arte de tejer vínculos entre culturas y religiones de esta zona mediterránea, para conocer su patrimonio y reflexionar sobre cómo afrontar mejor sus desafíos, educativos, económicos o migratorios. Siguiendo los pasos de innumerables peregrinos del Mediterráneo como San Pablo o Santa María Magdalena, navegará con el espíritu de San Francisco de Asís, en busca de la paz. Se trata de un proyecto inspirado en el espíritu de los Encuentros de Mediterráneo de Bari (2020), Florencia (2022), Marsella (2023) y Tirana (2024) pero, esta vez, vivido literalmente en el Mediterráneo.

La primera singladura les ha llevado de Barcelona hasta Ceuta y Tetuán y ha tenido como tema “Diálogo de culturas”. El martes 11 de marzo, ya en Ceuta, los jóvenes del “Bel Espoir” realizaron una visita a la puerta califal de la ciudad y por la tarde fueron recibidos por las autoridades de la ciudad autónoma en un iftar organizado por la Fundación Premio Convivencia y la ONG Luna Blanca de la comunidad musulmana.

Al día siguiente, visitaron cuatro centros de culto de las cuatro culturas que acoge la ciudad de Ceuta: la mezquita Sidi Embarek, el santuario de Nuestra Señora de África, la sinagoga Bet-El y el templo hinduista del lugar. Por la tarde, en la Biblioteca Pública Adolfo Suárez participaron en un espacio de diálogo en grupos, con otros jóvenes ceutíes de estas diversas tradiciones religiosas, sobre las siguientes cuestiones: ¿Cuál es mi cultura en relación con el Mediterráneo? ¿Cómo nos planteamos los jóvenes trabajar por la Paz en el Mediterráneo y en el mundo, según nuestras culturas? A continuación, de nuevo en el Santuario de Nuestra Señora de África, el Vicario episcopal D. Francisco J. Fernández Alcedo, transmitió a los jóvenes del “Bel Espoir” el mensaje del obispo de Cádiz y Ceuta, Mons. Rafael Zornoza, que por imprevistos de última hora no pudo asistir al acto como tenía previsto.

El jueves 13 de marzo la inmersión en la cultura marroquí comenzó con una visita guiada a la medina de Tetuán, heredera de la huella hispana tanto en el pasado lejano del siglo XV como en el reciente del siglo XX. Por la tarde, en el Centro Lerchundi de Tetuán, junto a otros jóvenes y adultos, marroquíes y de otros países africanos, participaron en una conferencia-coloquio por parte del profesor de la Universidad de Oujda y del Instituto Ecuménico de Teología Al Mowafaqa, Rachid Saadi, y del también profesor de Al Mowafaqa, Christophe Roucou, sobre la interculturalidad y sus fundamentos antropológicos. A continuación, en un diálogo muy animado, los jóvenes, en grupos, intercambiaron sus impresiones sobre todo lo escuchado, compartiendo lo que había suscitado en cada uno de ellos.

El diálogo intercultural se puso en práctica también en un momento de oración interreligiosa por la paz, a través de unos cantos cristianos y de unas poesías místicas cantadas por algunos miembros sufíes de la Tariqa Alawiya. El iftar puso el punto y final a esta jornada en Tetuán, momento para seguir compartiendo impresiones, dialogando y celebrando este intercambio tan vital entre culturas ribereñas del Mar Mediterráneo. Desde Tetuán se han compartido algunas impresiones personales de tres de los jóvenes navegantes del Bel Espoir:

Silvia Khela, de Egipto: Creo que el viaje y el tema me han hecho reflexionar interiormente y conocerme mejor. Creo que voy a regresar a casa con nuevas perspectivas personales y de mi país, así como con aprendizajes sobre otras culturas y sobre desafíos en la región que nunca había pensado. Cada vez siento más que pertenezco a esta región del mundo y tengo más motivación para construir puentes y unir a las personas.

Romain Teste, de Francia: Antes de partir, uno se imagina esto como una aventura, algo que puede cambiarte, algo más grande. Pero, en realidad, no es algo más grande… Es algo muy pequeño. Algo pequeño que cobra sentido a través del encuentro con el otro. Ha sido como lanzarme de cabeza a un proyecto que sentía como una prioridad: comprometerme con la paz por encima de todo. Ser peregrino de este amor que quiero compartir con el mundo, y darme cuenta de que esta es una forma de vivirlo.

Job Casas, de Caserres (Barcelona): Hablando una sola hora con una persona de un país, aprendes más de ese país que todo lo que sabías antes de ese lugar. Y con las religiones y las culturas pasa lo mismo. Porque de esta manera, el conocimiento pasa a través de la experiencia personal. Este es uno de los aprendizajes que me llevo. Y ahora, llegando al final de este viaje, me siento lleno de esta experiencia y ahora es el momento de darlo a todos los demás, para esparcir la semilla que se ha ido cultivando estos días a bordo del velero.

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