El acoso a los sacerdotes por parte de la dictadura nicaragüense
- On 18 de marzo de 2025
OMPRESS-NICARAGUA (18-03-25) Un informe de una organización internacional pone sobre la mesa el acoso que sufre la Iglesia de Nicaragua bajo la dictadura del “matrimonio presidencial” de los Ortega. A los sacerdotes se les revisan los móviles y se les obliga a hacer un informe semanal de sus actividades.
La policía de la dictadura, al revisar los móviles de los sacerdotes, busca asegurarse de que no se comunican con los obispos y sacerdotes exiliados por el régimen, o con periodistas que puedan denunciar las violaciones de derechos humanos que sufren los nicaragüenses. Cada sacerdote recibe la visita semanal de un policía, según recoge un informe publicado este mes, por la organización internacional Christian Solidarity Worldwide (CSW). En resumidas cuentas los sacerdotes son tratados como delincuentes que estuvieran sometidos a “medidas cautelares”. La amenaza es la detención o el destierro.
El informe se titula “Control Total: La Erradicación de las Voces Independientes en Nicaragua”, y recoge el testimonio de nueve sacerdotes sometidos a esas medidas. En cada caso, el sacerdote fue detenido e interrogado antes por la policía, y añade que en las comunidades hay infiltrados e informantes para seguir de cerca los sermones, actos de culto y actividades ordinarias de los sacerdotes.
Un ejemplo es lo ocurrido el martes 27 de agosto, policías encabezados por el capitán Wilber Montenegro Martínez, llegaron a la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, donde interrogaron y tomaron fotografías al padre Luis Eduardo Benavídes. En esa ocasión se le informó al sacerdote que cada martes recibiría la visita policial para ser interrogado, y que no tenía permitido salir del municipio sin autorización policial. Un sacerdote fue detenido por un jefe de policía mientras volvía de otro municipio donde visitaba a un familiar. Lo liberaron tras cuatro horas con la advertencia de que se le arrestaría si compartía en redes sociales lo ocurrido y de que se vigilaba todo lo que decía en sus sermones. Lo mismo ha ocurrido con algunos pastores evangélicos, a los que incluso se llega a cerrar su iglesia y sus esposas sufren vejaciones por parte de la policía de la dictadura.
Para consultar el informe de Christian Solidarity Worldwide aquí.