Los misioneros, constructores de esperanza
- On 14 de marzo de 2025
OMPRESS-MADRID (14-03-25) Ayer concluía en Madrid el encuentro de empleados y voluntarios de misiones de toda España. El centenar de personas convocadas han compartido dos días de convivencia oración y formación en tono al tema de la esperanza. El profesor Jaime López Peñalba pronunció la conferencia inaugural “Esperanza en el mundo de hoy y el Anuncio del Evangelio”. López Peñalba es profesor adjunto a la Cátedra en la Facultad de Teología de la Universidad San Dámaso y profesor estable del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad San Dámaso. Es además Director del Centro Ecuménico de Madrid y Viceconsiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad en España.
En este contexto del XXII Encuentro de empleados y voluntarios de las Delegaciones de Misiones y Obras Misionales Pontificias, el profesor de la Universidad eclesiástica San Dámaso Jaime López Peñalba comenzó su intervención haciendo un diagnóstico sobre la crisis de la esperanza que hay en la actualidad, y lo hizo partiendo de varios ejemplos del cine. Según él, en los últimos años ha habido un enorme crecimiento del género de las películas distópicas, esas en las que hay una catástrofe que termina con todo. “Somos muy imaginativos para acabar el mundo, sin embargo poco creativos para mejorarlo”, afirmó el profesor. También compartió con los asistentes el ejemplo de un documental que se llama “Los días de vuelo azul”, en el que se explican las consecuencias del ataque con drones militares en la guerra de Afganistán, y que recoge el testimonio de un adolescente cuya abuela fue asesinada por error por uno de esos misiles que venían del cielo. El chaval afirma en ese documental que ya no le gusta el cielo azul, porque de él no vienen cosas buenas.
Con estos dos ejemplos, el profesor López Peñalba señaló las dos coordenadas esenciales para entender la desesperanza: la vertical (miedo al cielo) y la horizontal (miedo al futuro). “El futuro, que era el lugar del progreso, de donde vendrían los cambios y mejoras, se ha convertido en decepción. Nadie se cree ninguna promesa”, explicó. “El hombre actual ha perdido la capacidad de mirar más alto y más allá”, lo que contrasta, según con el profesor, con el grito que se dice en el Monte del Gozo cuando se hace el camino de Santiago.
“El hombre de hoy está atrapado en una jaula de oro, en una rueda en la que giramos sin fin”, explicó el profesor. La filosofía lo ha definido como la ‘condición póstuma’: el hombre se ha quedado sin futuro, encerrado en el presente, en el capitalismo y consumismo. “El hombre póstumo ha perdido el sentido de la historia y del deseo, ya no se desean cosas, sino que se aplacan caprichos”. Sin historia ni meta, el hombre “se ha convertido en vagabundo, que da vueltas simplemente sin saber de dónde viene y a donde va”.
Tras este diagnóstico, el profesor López Peñalba subrayó la necesidad de contrastar esta tesis. “Esperar es uno de los rasgos constitutivos del ser humano, somos seres de anhelos y motivaciones, se hacen grandes esfuerzos y sacrificios”, explicó. Y sin embargo, existe una gran paradoja, ya que aun teniendo muchos deseos, el hombre nunca queda satisfecho del todo. “Siempre nos quedamos con ganas de más, e incluso con un poso de tristeza… Los deseos renacen sin parar, incluso cuando has conseguido lo que querías”.
López Peñalba explicó que esta paradoja se puede resolver de dos maneras: la primera es pensar que el hombre es absurdo y no hay quien lo entienda. Y la segunda es “ver en esa insatisfacción una esperanza estructural que hace de andamio y estructura de las pequeñas esperanzas diarias”. Y propuso la metáfora del agua: hay ríos en la superficie que pueden extinguirse por la sequía. Sin embargo, en lo profundo hay aguas subterráneas que no se agotan aunque haya sequía. Sucede igual con los deseos, a veces nos llevamos decepciones y frustraciones que no agotan la esperanza radical que está en el fondo, que resiste entre las desesperanzas cotidianas. Y recordó la definición que Santo Tomás da a la esperanza: “es la tendencia hacia un bien arduo difícil con esfuerzo”
Por todo ello, la lógica de la esperanza cristiana es la lucha, el combate. Es la tendencia hacia un bien que se alcanza en las dificultades. La esperanza se diferencia así del optimismo, que piensa que todo saldrá bien. “La esperanza cristiana está acostumbrada a tiempos recios, y dificultades”, explicó.
Después de esta bella definición de la esperanza, el profesor López Peñalba propuso retomar la bula por la que el Papa propuso el año jubilar “Spes non confundit”. En ella, el Papa hace una invitación a mirar los signos de los tiempos, como ocasiones para la esperanza. “Ahí está nuestra tarea, llamada y responsabilidad. El Evangelio es el instrumento de este cambio, anunciando la Buena Noticia la Iglesia ilumina, descubre sendas nuevas… Y suscita la ilusión de ponerse de nuevo en camino”, defendió.
De una forma sencilla, el profesor fue desgranando cada uno de los campos que el Papa propone como signos de los tiempos, a los que el Evangelio debe transformar con caminos nuevos: la guerra, la familia, las prisiones, la debilidad, los jóvenes y los emigrantes. A todos ellos el anuncio del Evangelio les debe iluminar con una nueva esperanza. “
“La esperanza cristiana siempre tiene una historia, y se dirige hacia la vida eterna; esa es nuestra gran esperanza: el amor y comunión perfecto con Dios”, afirmó. “Anunciamos la vida eterna, pero también como un camino; no solo como ‘cielo’, sino también como ‘futuro’”, defendió haciendo alusión a las coordenadas del inicio de su conferencia.
“La esperanza cristiana es sólida, su fundamento es lo más fiel y seguro que existe, que es el amor de Dios en Jesucristo, y esto es lo que tenemos que anunciar”, defendió. ¿Cómo? A través del anuncio explícito de Jesucristo, y de compartir la vida con las personas que nos rodean, en los lazos humanos. Para finalizar su conferencia, el profesor López Peñalba citó el mensaje del Papa para el próximo Domund, en el que describe a los misioneros, que anuncian esta Buena Noticia, como “constructores de esperanza”.