Desde Liberia: gracias por el apoyo a nuestra vocación

  • On 18 de febrero de 2025

OMPRESS-LIBERIA (18-02-25) “Apreciamos de corazón el esfuerzo que han hecho para apoyarnos”, escribe el padre Soniaka Dedonnie desde el seminario de Gbarnga, en Liberia. “Su ayuda se ha destinado a facturas médicas, sotanas, comida y transporte”, dice este formador de seminaristas dando las gracias a la campaña de Vocaciones Nativas de este año.

La Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, la que dedica todos sus esfuerzos a que ninguna vocación se pierda por falta de recursos económicos, lleva ayudando a los seminaristas de Liberia desde hace más de 50 años. Cada curso la Iglesia de Liberia sabe que cuenta con la generosidad de muchos fieles de todo el mundo. Quienes colaboran con la Obra de San Pedro Apóstol tienen la delicadeza espiritual para saber la importancia de contar con sacerdotes que hagan posible la celebración eucarística, el sacramento de la penitencia y la predicación de la Palabra de Dios. Así, año tras año, la Obra de San Pedro Apóstol les ha hecho llegar desde las diversas direcciones nacionales de todo el mundo una suma para apoyarlos. Este año ha sido España la que ha tenido la gracia de poder estar al lado de los seminaristas liberianos.

Han sido 11.200 dólares los enviados al St. Paul’s Seminary, el único seminario mayor de Liberia, un país y una Iglesia mártires que han sufrido decenios de guerras civiles y violencia, y que ahora parecen avanzar con esperanza dejando atrás una época oscura. La prioridad de la Iglesia en Liberia, como explicaba un misionero, no es otra que llevar los sacramentos hasta las comunidades más remotas. Los fieles católicos superan los 350.000 y los sacerdotes diocesanos, las “vocaciones nativas” de las campañas que organizan las Obras Misionales Pontificias cada primavera, son apenas 60. Dada la dispersión de parroquias y misiones que la Eucaristía llegue a muchos lugares todavía depende de los misioneros ad gentes llegados de otros países.

Godfrey Nemah, un sacerdote formado en el St. Paul’s Seminary, y que se encarga de la economía de este hogar para 29 seminaristas, explica que “los fondos llegaron de verdad en el momento oportuno ya que los recibimos justo cuando las necesidades eran más perentorias”. Cuenta como pudieron adquirir algunos implementos necesarios para que el proyecto agrícola, que lleva adelante el seminario, fuera sostenible. Han sembrado alimentos como yuca, hortalizas y otros cultivos, que sirven para mejorar el menú del seminario pero cuyo cultivo también forma parte del proceso formativo de los futuros sacerdotes. Vivirán su sacerdocio en zonas rurales y las labores agrícolas serán parte de su cercanía a las comunidades de las que serán pastores.

Parte de la suma enviada por las Obras Misionales Pontificias de España ha ido también a pequeños gastos de desplazamiento. Cada cierto tiempo se envía a los seminaristas a hacer prácticas pastorales en parroquias, colegios u hospitales. Como explicaba el padre Nemah, son maravillosos los testimonios que llegan de este tiempo que pasan en medio de las comunidades, un tiempo en el que los seminaristas perciben la importancia de su vocación y sienten que todo merece la pena.

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