¿Para quién soy?, la respuesta misionera
- On 10 de febrero de 2025
OMPRESS-MADRID (10-02-25) Este fin de semana la Iglesia en España ha celebrado su Congreso de Vocaciones “¿Para quién soy?”, un encuentro que ha buscado reconocer que el Señor sigue llamando a la vida, a la fe y a la misión, y que ha contado con misioneros ad gentes, cuya acción es el “paradigma de toda obra de la Iglesia”.
Para mostrar la cara de la vocación misionera se contó en una mesa redonda con la presencia de la Misionera Comboniana Lilia Karina Navarrete Solís, con Saturnino Pasero, sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas, y el matrimonio misionero de Pablo de Mergelina y Gloria Rey. La hermana comboniana, con una larga experiencia misionera en Mozambique, destacó la entrega de por vida de los misioneros ad gentes. Como ejemplo contó la preocupación de las misioneras ancianas que cuidó en Italia durante el Covid. Ellas, cercanas a la muerte, se mostraban más preocupadas porque el COVID no llegara a África que por su propia vida. Saturnino Pasero, por su parte, abordó el tema de la inculturación y cómo todo misionero, al llegar a la misión, tiene “que abrir los ojos, abrir los oídos y cerrar la boca”. Es la mejor manera de ver a Dios en el rostro de aquellos a los que se es enviado. Pablo y Gloria hicieron un recorrido por su vocación misionera, tanto de manera individual como de matrimonio misionero. Destacaron que el Señor siempre les ha ido guiando: “Él nos ha ido poniendo pistas, y solo hemos tenido que ir siguiendo las migajas de pan, como Hansel y Gretel”.
Una segunda mesa reunió a tres personas a las que la misión ad gentes ha sido un cambio sustancial en sus vidas. Una experiencia misionera llevó a Carlos Bobillo de ASU ONG, Asociación Solidaria Universitaria, habló de cómo la experiencia de misión es algo que llama mucho a los jóvenes. Al volver quienes le rodean ven la ilusión en tus ojos, y es imposible que no quieran vivir lo mismo. Mario Arroyo, de Bondhu, asociación vinculada a la Delegación de Misiones de Toledo, destacó cómo, para lo jóvenes, el hecho de tener que entregarse a los demás, con el ejemplo de las Misioneras de la Caridad (que es con quienes van la gran mayoría de las veces), es algo que les obliga a salir de su egoísmo y les pone al servicio de los demás. Contó que desde un colegio de España le pidieron a él hacerse cargo de la clase más conflictiva del centro. Decidió llevárselos un día a ayudar a un centro de personas con discapacidad, y en un solo día el cambio que dieron fue brutal, precisamente porque dejaron de mirarse el ombligo. Coro Samblas, de Matunda Familia, quiso distinguir entre voluntariado y misión, y “cómo en la misión es el Señor el que te guía, y no tu voluntad”.