Un misionero es un regalo para toda la Iglesia

  • On 21 de enero de 2025

OMPRESS-ALCALÁ (21-01-25) Lucía Rodríguez Delgado es estudiante de 3º de Arquitectura en la Universidad de Alcalá de Henares y tuvo la suerte y “alegría” de realizar este pasado verano un viaje misionero a Ecuador. Lucía cuenta que ha significado para ella esta experiencia y anima a sumarse este 2025. Ella misma, en apenas tres minutos, contó para Supergesto en este vídeo lo que había significado.

“Este año he tenido la gracia de poder participar en el Viaje Misionero a Ecuador que organiza todos los años la Delegación de Misiones de la Diócesis de Alcalá con las Siervas del Hogar de la Madre, que tienen allí cuatro comunidades, a las que vamos a ayudar en lo que podamos.

Hemos ido un grupo de quince chicas, y para mí ha sido uno de los puntos clave de este viaje, no solo porque todas eran majísimas, sino porque siempre ha primado un ambiente muy bueno que se fue creando meses antes, con las convivencias de preparación del viaje y con la oración. Gracias a esto, el ambiente en general ha sido de entrega y olvido de sí; y por eso han sido unos días que han dado tanto fruto, porque a pesar de nuestras miserias y nuestro cansancio tratábamos de hacerlo todo por amor a Dios y al prójimo; y cuando a una le costaba el ritmo intenso de cada día o la entrega, la alegría de las demás te animaba a imitarlas.

Cuando una va a un viaje como este, no se espera de ella otra cosa que estar dispuesta a hacer lo que se le pida, responder a cualquier petición con un sí alegre. Pero, evidentemente, muchas veces te encuentras ante cosas que nunca has hecho o que por tu forma de ser te cuestan o te dan vergüenza: dar una catequesis, cantar en una Misa, hablar a los jóvenes de un colegio… A mí me ha pasado, pero he podido comprobar de primera mano que, cuando te ofreces a ayudar olvidándote de ti y eres consciente de que por ti misma no puedes, solo te queda confiar en el Señor y en que, si Él te lo pide, Él te da la fuerza y la capacidad de hacerlo. Y el fruto de esta confianza y esta generosidad es la alegría. Incluso cuando te has esforzado por hacerlo lo mejor posible y ha terminado siendo una humillación. Al final es mayor la alegría de haber respondido que la vergüenza de no haberlo hecho como te habría gustado, porque entiendes que así es como el Señor lo había pensado para tu mayor bien y el de los demás.

Algo que nos ha llamado mucho la atención es la generosidad de los más pobres, y sobre todo su forma de acoger el Amor de Dios y su confianza en Él a pesar de las situaciones, muchas veces muy duras, en las que viven. Lo que más admiro de ellos es su sencillez, porque cuando uno es sencillo es también muy agradecido, y me ha hecho ver que muchas veces no vivo en esa actitud de agradecimiento constante que debería tener por todo lo que he recibido.

Ecuador ha sido una experiencia preciosa y un gran regalo. También me ha encantado descubrir que no solo es un regalo particular que el Señor nos ha hecho a nosotras este año, sino que un misionero es un regalo para toda la Iglesia y que debemos rezar mucho por los misioneros, que dan su vida entera al servicio de los demás y para mayor gloria de Dios.

Ahora en España la misión continúa en nuestras casas y en nuestros ambientes y debemos cultivar todo lo que hemos recibido allí para que se vea que el Viaje Misionero ha tenido lugar donde más importa, que es en nosotras y en nuestras almas”.

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