El granero de una parroquia de Chad

OMPRESS-CHAD (16-01-25) El misionero javeriano Antonio Serrano cuenta desde Chad que ya hay acumulados un buen número de sacos en el granero de su parroquia. Muchas parroquias de este país africano, hacen de “graneros de esperanza”, recogiendo sacos de los diversos cultivos de sus feligreses, para cuando las cosas van mal.

“Los sacos de cacahuetes están en el granero parroquial”, cuenta el misionero. “Son el fruto de la fiesta de la cosecha, día en que además de dar gracias a Dios por los frutos de la tierra los fieles aportan parte de esa cosecha para la parroquia, que la va a emplear en preparar la comida cada vez que hay una reunión y. el resto, venderlo cuando hay más escasez a precio más bajo que en el mercado. Además de los cacahuetes hay 70 sacos más entre mijo, maíz y arroz. Los cristianos han sido generosos a pesar de la mala cosecha. Salvo de arroz que se (salvo de arroz, que se ha dado muy bien). El que sale en la foto ante los sacos es el encargado”.

La agricultura del Chad ha sido siempre de subsistencia. Dependiendo de la parte del país donde se viva –tiene dos veces y media la superficie de España–, una mitad del año sería la estación agrícola, en la que llueve lo suficiente como para poder cultivar la tierra. La otra estación, la seca, todo se detiene en espera y preparación de la siguiente época de siembra. La Iglesia y muchos misioneros se dieron cuenta de que si al recoger la cosecha todo el mundo la vende los precios se desploman por el exceso de oferta. En la época de escasez ocurre lo contrario y los precios se disparan, con el riesgo de que los agricultores pobres tengan que vender sus aperos de labranza o sus animales. Para evitar esto se crearon bancos de grano en diversas parroquias, que ponen a disposición de los miembros de estos bancos al inicio de la temporada de siembra, si así lo necesitan, o se los ponen a su disposición en los momentos de escasez. Así que muchas parroquias se han vuelto verdaderos “graneros de esperanza”.