La misión, un reto de cada día
- On 25 de noviembre de 2024
OMPRESS-PERÚ (25-11-24) Valentín García, Misionero Comboniano en Perú, escribe hablando de su día a día, que, como él mismo cuenta, se centra sobre todo en mucha animación misionera, en colaboración y sintonía con las Obras Misionales Pontificias. Este misionero de Palencia lleva, entre Chile y Perú, 35 años.
“Quiero compartir con todos vosotros algunas ideas que me vienen en esta etapa ya bien madura de la vida. Desde pequeño, en el seminario menor de los Combonianos en España, nos visitaban misioneros alemanes e italianos, y ahí íbamos respirando el espíritu misionero cuando nos hablaban de Sudáfrica y Perú. Llegué a Perú, Tarma, al año de haber sido ordenado, y excepto dos períodos de seis años cada uno en España, todo el resto de mi vida misionera, 37 años, lo he pasado en Perú y Chile.
No es fácil hablar de la misión hoy, ya que las situaciones y ritmos de vida, tan cambiantes de nuestras sociedades, nos obligan a vivir la misión en constante discernimiento y actualización de nuestros métodos pastorales.
En esta zona sur del Perú, donde la gente tiene un gran espíritu religioso, que lo ha heredado de sus antepasados, que fueron evangelizados en masa, nosotros los misioneros, tenemos que adaptar el mensaje a su cultura y a su religiosidad popular.
El misionero hoy está llamado a vivir la misión en constante actitud de salida, es decir, estar ahí donde la gente vive, y seguirles a los lugares donde se instalan para vivir. En este sentido, aquí en Arequipa, los Combonianos entregamos hace años a la diócesis de Arequipa la anterior parroquia del Espíritu Santo, para venir a otra zona a donde llegaba mucha gente procedente de la serranía sur del país y que vivían en precaria situación.
Una actitud básica que tenemos en esta zona, es implicar más a los laicos en la gestión pastoral, ellos conocen mejor los métodos para llegar a los alejados y a los empobrecidos. En este sentido llevamos adelante en esta parroquia de El Buen Pastor, la gestión de dos Cunas Jardín para los niños de familias que no tienen los suficientes recursos como para dar una buena y sana educación a sus hijos, y con nosotros sí la tienen.
Otra actitud básica del misionero es ocuparnos del adulto mayor, que muchas veces aquí vive en situaciones de pobreza muy deplorables, incluso a veces abandonados por sus hijos. En esta parroquia estamos contentos de como llevamos esta pastoral en colaboración con un buen grupo de laicos comprometidos y con la valiosa colaboración de las religiosas Hijas de San Camilo.
La animación misionera también ocupa un buen lugar en nuestra pastoral, sobre todo en el mes de octubre con la celebración del Domund y en colaboración con la delegación de OMP de Arequipa y la celebración de la fiesta de nuestro fundador San Daniel Comboni, el gran misionero de África.
Hay dos aspectos que quiero subrayar que ha de tener el misionero de hoy, y es: la misión ad gentes y la misión ad vitam. Son dos formas esenciales de vivir la vocación misionera y que están presentes en la Iglesia desde sus inicios. No podemos reducir nuestra misión a nuestro entorno diocesano local en nuestro país. Jesús bien claro se lo dijo a los doce el día de la Ascensión: ‘Vayan por todo el mundo’. El segundo aspecto que quiero subrayar es que uno es misionero para toda la vida, sea en tu país en la etapa de la vejez o allí donde has vivido la misión por muchos años fuera de tu tierra”.