Sacerdotes que comparten la pobreza de su pueblo
- On 5 de noviembre de 2024
OMPRESS-INDIA (5-11-24) Desde la diócesis de Gumla en el Estado Indio de Jahrkand, al lado de Bengala, escribe su obispo para dar gracias por la ayuda que enviaron las Obras Misionales Pontificias de España. Es un “subsidio ordinario”, es decir el que se les envía todos los años, y se ha destinado a sus sacerdotes.
Bendecido por la belleza de la naturaleza, el distrito de Gumla está cubierto de densos bosques, colinas y ríos. La gente es pobre, a pesar de las minas de bauxita que salpican el paisaje, aunque el 90% de la población vive de la agricultura. El nombre de Gumla deriva de las palabras vaca y feria en hindi, porque no hace mucho en lo que no era más que una aldea, tenía lugar una feria anual. Allí acudían miembros de las tribus locales y en las diversas lenguas que allí se hablan –el hindi, el sadri, kurukh o el urdu– intercambiaban los bienes que necesitaban para todo el año.
Mons. Linus Pingal Ekka, que es como se llama el obispo de Gumla, cuenta en qué se han invertido los 28.570 dólares enviados por los católicos españoles a través de las Obras Misionales Pontificias. Esta ayuda es un subsidio ordinario, es decir, la ayuda que de manera fija se envía a cada uno de los hoy 1.127 territorios de misión. En Gumla han decidió que sea para mantener a los sacerdotes diocesanos que, dice Mons. Linus, son una de las mayores riquezas de esta diócesis. Sacerdotes que han dedicado muchos años a prepararse pero que sin ningún problema comparten la pobreza de su pueblo. Así la ayuda de España les ha permitido dar todos los meses una pequeña suma a cada uno de ellos. Como señala el mismo obispo, casi todos dedican este dinero para gasolina para sus motos. Unas motos que casi son “elementos litúrgicos”, porque dadas las especiales condiciones geográficas de esta parte de la India y lo alejadas que están unas comunidades de otras, sin ellas no se podría impartir los sacramentos ni celebrar misa.
Por otro lado, reconoce Mons. Linus, con este dinero el día de Navidad tuvo el detalle de hacer un regalo en la convivencia que tienen todos juntos con el obispo en la sede de la diócesis en la misma Gumla. Tras enriquecerse compartiendo sus experiencias pastorales les dio el pequeño regalo y les recordó que este regalo venía de España y “era un signo del amor de Dios a cada uno de ellos sacerdotes”. Como no podía ser de otra manera, una parte también se ha dedicado a gastos médicos, porque como sus fieles, los sacerdotes también sufren de tifus y malaria.
La amable carta del obispo de Gumla termina con su convencimiento de que “algún día nuestra situación mejorará, podremos hacernos cargo de las necesidades de nuestros sacerdotes y de nuestros fieles”, y serán ellos los que “ayuden a otras iglesias más necesitadas que nosotros”. Y concluye asegurando fervorosas oraciones por la generosidad de tantos españoles con la misión.