“Misioneros por el mundo” en Hwange, Zimbabwe, una tierra muy vinculada a España
- On 3 de octubre de 2024
OMPRESS-ZIMBABWE (3-10-24) En el segundo “Misioneros por el mundo” de esta temporada, Obras Misionales Pontificias y TRECE Televisión, llegan mañana viernes 4 de octubre a Zimbabwe, concretamente a la diócesis de Hwange, una de las ocho que tiene el país, consideradas todas ellas territorios de misión necesitados de ayuda. De las ayudas que enviaron las Obras Misionales Pontificias de todo el mundo a Hwange, en 2023 a España le tocó enviar más de 51.000 euros para sus gastos ordinarios.
En Dete se encuentra la hermana Esther, una vocación nativa de las Hijas del Calvario, que vive junto a su comunidad entregada al cuidado de los ancianos. La diócesis construyó una residencia para ellos en este lugar, porque muchos sufrían sin nadie que les ayudara y sin un sitio donde vivir. Una de las impulsoras de la residencia fue la misionera Rosa Abad, nacida en Burgos y ya fallecida, que trabajó más de veinte años en la “casa de los ancianos”. Esther guarda un bonito recuerdo de esta misionera española que le ayudó a descubrir su vocación.
Esther habla de la oración, que sostiene su trabajo, como “un momento de escuchar a Dios y de escucharme a mí misma, en silencio, en comunicación profunda con Dios”. La oración es importante para las Hijas del Calvario, como dice otra de las hermanas, “es como el combustible”, que las hace andar. Con los ancianos Esther aprende a tener “un corazón suave, que goza estando con las personas que sufren, con la voluntad de trabajar sin cansarse”.
El Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME) ha estado muy vinculado a la diócesis de Hwange a través de sus misioneros, algunos de ellos la han presidido como obispos, como el zaragozano Alberto Serrano, hoy emérito, que fue obispo de Hwange entre 2006 y 2021.
Monseñor Serrano lleva más de medio siglo en Zimbabwe, entendiendo la misión como “una continuación de lo que hizo Jesucristo”, llevando “una vida nueva” a los pueblos. Esto implica asumir desde el principio el “choque” que implica compartir con ellos su cultura (desde los horarios hasta la forma de comer); todo un aprendizaje para el misionero, un proceso de inculturación que para el obispo “es hasta el final”. Monseñor Serrano dice que su piel blanca le hace recordar que aquí “soy distinto y soy un servidor, nada más”.
A quienes vean el programa, el obispo les anima a rezar, porque la oración esa “es la primera manera de ayudar a la misión”. Colaborar con las misiones es importante porque “el español o la española en su casa está llamado a ser misionero, porque ser misionero implica a toda la Iglesia”. La oración, y también la colaboración económica, porque gracias a la ayuda permanente de Obras Misionales Pontificias “solucionamos mucho de la vida de la diócesis”.
Los testimonios completos, el próximo viernes a las 21:30h en TRECE, en “Misioneros por el mundo”. “Misioneros por el mundo” se puede ver también en el canal de Youtube OMP en los medios.