Vivir con intensidad la celebración del Domund
- On 1 de octubre de 2024
OMPRESS-ALCALÁ (1-10-24) A esto, a vivir con intensidad el Domund, es a lo que invita a todos los fieles de su diócesis el obispo de Alcalá de Henares, Mons. Antonio Prieto Lucena. El Domund, una jornada para tomar conciencia de la misión de la Iglesia en los 1.127 territorios, distribuidos por el mundo.
“Llegamos al final del mes de septiembre. Hemos comenzado el curso con mucha ilusión, como ‘peregrinos de esperanza’, de acuerdo con el lema del Jubileo del año 2025. En mi carta pastoral de comienzo de curso os ofrezco algunas orientaciones y aplicaciones concretas para vivir, de manera individual, y como Diócesis, este gran acontecimiento de la Iglesia universal. El objetivo es renovar la esperanza cristiana como el motor que sostiene nuestro impulso misionero, por eso en esta carta pastoral quiero invitaros a vivir con intensidad la celebración del Domund, el próximo 20 de octubre.
El Domund es una jornada para tomar conciencia de la misión de la Iglesia en los 1.127 territorios, distribuidos por el mundo, en los que la evangelización necesita más ayuda para crecer y afianzarse. Es una ocasión para acordarnos de nuestros misioneros, que están dando la vida por Jesucristo y por la propagación de la fe. La misión en estos lugares necesita de la oración de todos y de nuestra cooperación económica. En el siglo XIX, la Beata Paulina Jaricot, en Lyon, con solo veinte años, creó un grupo de diez personas que se reunían todas las semanas para rezar por las misiones y sostenerlas económicamente, con una contribución de solo un centavo por persona. Esta semilla creció y pronto fueron muchos grupos de personas, por toda Francia y por todo el mundo, los que se constituyeron para ayudar a las misiones. De esta manera nació la ‘Sociedad para la Propagación de la fe’, que el Papa Pío XI asumió como una obra pontificia.
El lema del Domund de este año es: ‘Id e invitad a todos al banquete’ (Mt 22, 9), que hace referencia a la parábola de Jesús, en la que un rey prepara el banquete de bodas de su hijo. Como los invitados no quisieron asistir, el rey manda a sus siervos a los caminos para que inviten a todos los que encuentren. Es una imagen de la misión de la Iglesia, que quiere salir al encuentro de cada hombre, a pesar de su indiferencia o rechazo. En el misionero no cabe el desánimo ni el cansancio. Sostenido por la fuerza de Cristo, recibida en la oración, siempre está dispuesto a vencer las dificultades y los obstáculos.
El misionero sabe que el mundo oferta sus propios banquetes: el consumismo, el bienestar egoísta, la acumulación o el individualismo. Son banquetes muy atractivos, que seducen a muchos, aunque luego les dejan vacíos y tristes. Por eso el misionero se siente llamado a salir al encuentro de sus hermanos que no tienen un sentido verdadero para vivir, con el deseo de conducirles al banquete eucarístico, que es anticipo del banquete del cielo. La misión, por lo tanto, brota de la Eucaristía y conduce a la Eucaristía. ‘Toda nuestra misión – dice el Papa Francisco – brota del Corazón de Cristo, para dejar que Él atraiga a todos hacia sí’ (Discurso 3-VI-2023).
Queridos diocesanos: como os he dicho en otras ocasiones, sueño con una Diócesis en estado de misión. Invitemos a todos al banquete de Cristo. No hay empresa más grande que esta. Debemos estar convencidos de esto: el que bebe del agua que Cristo nos da, no tendrá sed jamás. Esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna (cfr. Jn 4,14). No nos cansemos de anunciar el amor de Dios en Cristo Jesús y de llamar a la conversión. Salgamos a los cruces de los caminos e invitemos a todos, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, o como quien ofrece un banquete deseable (cfr. EG 14).
A todos os deseo un feliz día del Domund 2024 y os emplazo al rezo del Santo Rosario, organizado por nuestra Delegación de misiones, el próximo domingo 6 octubre, para pedir por las misiones y los misioneros”.