Domund 2024: nos toca ser mensajeros de la invitación de Dios
- On 30 de septiembre de 2024
OMPRESS-BILBAO (30-09-24) Mons. Joseba Segura, obispo de Bilbao, presidente de la Comisión de Misiones de los obispos españoles, escribe una carta a la comunidad cristiana de su diócesis con motivo del Domund, con el lema de “Id e invitad a todos al banquete”, una verdadera propuesta de anuncio misionero dirigido a todos los seres humanos.
“Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Al celebrar los 75 años de nuestra Iglesia local, escuchamos la llamada de Dios a mirar más allá de nuestras rutinas. En esta Jornada del Domund 2024, inspirados por el lema ‘Id e invitad a todos al banquete’ (Mt 22, 9), nos enfrentamos al desafío de ser misioneros de esperanza en un mundo sediento de amor y justicia.
El Papa nos recuerda que la misión no es una opción, sino una necesidad, expresión de una fe viva y auténtica. La evangelización es tarea de Dios, pero también invitación a reflejar su misericordia. ¿Queremos colaborar con él? El Domund nos llama a sentirnos responsables de la misión de la Iglesia.
Además de apoyar a los misioneros con oración y colaboración económica, podríamos ser testigos vivos del Evangelio en nuestra vida diaria. Cada encuentro puede ser una oportunidad para invitar a otros al banquete del Señor. Imaginemos la mesa que Dios prepara, donde todos tienen un lugar, sin excluidos ni marginados. Esta visión divina se convierte en nuestra misión hasta que cada ser humano haya recibido la invitación a participar de esa fiesta de amor y comunión. Sin duda queda mucho por hacer. El Evangelio llama a un banquete donde reina el gozo porque cada invitado es bien acogido y se defiende la dignidad de todos. Cristo se preocupa por los últimos y les hace asegurar un puesto especial. Nos toca ser mensajeros de esa invitación.
Nuestra misión universal requiere compromiso sostenido. No se trata de imponer una obligación más, sino de compartir una alegría, señalar un horizonte valioso, ofrecer un banquete deseable. Cada creyente tiene un papel que jugar en su entorno. Hermanos y hermanas, no nos conformemos con el mínimo.
Abramos nuestros corazones y manos; respondamos con generosidad y valentía. Oremos por nuevas vocaciones misioneras y seamos testigos valientes del amor de Dios. Que nuestra respuesta sea un ‘sí’ decidido y alegre, capaz de renovar nuestra vida y la de quienes nos rodean.
Revistámonos del ‘traje de fiesta’, preparados para el banquete que Dios ha dispuesto para todos los que han creído en sus promesas”.