OMPRESS-ECUADOR (11-09-24) Durante esta semana se está desarrollando en Quito el Congreso Eucarístico Internacional. El domingo daba inicio con una misa multitudinaria en la que 1.600 niños recibieron la Primera Comunión en el Parque Bicentenario de la capital de Ecuador. Este Congreso de Quito es el número 53 de una serie que comenzó en Lille, Francia, en 1881, y que toma el testigo del anterior que se celebró en Budapest en 2021. El lema, “Fraternidad para sanar al mundo”. Un lema que ha comentado el Papa Francisco en su videomensaje enviado a los participantes, porque “las lecciones que podemos acoger de la Santísima Eucaristía siempre nos sorprenden” y ha animado a recobrar “esta fraternidad radical con Dios y entre los hombres. Somos uno, en el único Señor de nuestra vida; somos uno de una forma que no somos capaces de entender plenamente, pero lo que sí entendemos es que sólo en esa unidad podemos servir al mundo y sanarlo”.

Han acudido delegaciones de 51 países, 81 obispos y alrededor de cuatro mil asistentes llegados de todo el mundo. Y comenzando con la conferencia “Mundo herido”, del actor y director de cine español Juan Manuel Cotelo, se han ido sucediendo las intervenciones, los testimonios y los momentos de oración en torno a la Eucaristía. Testimonios, como el verdaderamente conmovedor de Margaret Felker, fundadora del David’s Educational Opportunity Fund. Margaret compartió cómo la fe transformó su vida tras la trágica desaparición de su hijo David en 2002, que había llegado a Ecuador como voluntario. Vino a buscar a su hijo y Dios nunca la abandono, contaba con emoción, Dios la acompañó y le regaló algo mucho mayor: un amor infinito para compartir con otros.

Se dan cita en este Congreso también las tristes realidades que amenazan nuestro mundo: la realidad de la guerra en Ucrania, expuesta por el obispo auxiliar de Sambir, Mons. Hryhoriy Komar, obispo auxiliar de Sambir, que se hizo portavoz de las historias de tantos inocentes que mueren por el fuego cruzado, familias desaparecidas y niños que están perdiendo su infancia. También la realidad de la migración, con Leyden Rovelo, del ministerio Hispano de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, que si bien ha revitalizado las parroquias del país, sigue siendo una realidad de dolor, miedo y desolación. O la realidad de la pobreza, expuesta por Mons. Bienvenu Manamika, Arzobispo de Brazzaville, República del Congo, donde esta pobreza es algo constante, continuo. La respuesta está en la Eucaristía, en la fraternidad que dimana del amor de Dios.