El cementerio de los Misioneros de San Columbano

El cementerio de los Misioneros de San Columbano

  • On 18 de junio de 2024

OMPRESS-IRLANDA (18-06-24) Situado a unos 50 kilómetros al noroeste de Dublín, Dalgan Park es la sede irlandesa del Sociedad Misionera de San Columbano. Allí están enterrados la mayoría de los misioneros de esta institución que ha sido durante más de un siglo semillero de misioneros y que en la actualidad tiene su casa general en Hong Kong. Los Misioneros de San Columbano, fundados en 1918, tomaron el nombre de este santo, para recordar a los misioneros irlandeses que, encabezados por él, evangelizaron Europa en el siglo VI.

Varios centenares de familiares y religiosos se dieron cita en el cementerio de Dalgan, en una celebración que tiene lugar cada junio para recordar a los misioneros que en él están enterrados. En 106 años de historia de los Misioneros de San Columbano han fallecido 774 de los que más de la mitad, 420, están enterrados en Dalgan, 19 enterrados en otros lugares de Irlanda y 335 enterrados en otros países, en lo que estaban como misioneros el día de su muerte.

El padre Jim Fleming fue el celebrante principal de la misa, tras la cual se bendijeron las tumbas de los misioneros. En su homilía, recordó que los nombres de todos los misioneros columbanos fallecidos están grabados en las losas de mármol detrás del altar de la capilla de Dalgan Park. Añadió además que, como decía el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer, “nada puede suplir la ausencia de alguien a quien amamos. No tiene sentido decir que Dios llena el vacío; Dios no lo llena, sino que lo mantiene vacío y así ayuda a mantener viva la comunión que nos unía”. Porque, “para los que creemos, cada persona es un regalo de Dios”.

Y hablando sobre los fallecidos recordó también que “cada uno de los aquí enterrados sirvió en algún lugar del mundo”. Algunos de ellos “murieron repentinamente, otros después de una larga enfermedad, otros pacíficamente y otros fueron martirizados. Todos los enterrados aquí están ahora descansando. Que algún día podamos compartir esa paz y descanso con ellos. Concédeles el descanso eterno, oh Señor”.

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