OMPRESS-ZARAGOZA (26-04-24) El fin de semana del 12 al 14 de abril tuvo lugar en El Escorial el Encuentro Misionero de Jóvenes que, bajo el lema “Tu primera misión”, reunió a chicas y chicos de toda España. Los que vinieron de Zaragoza se han hecho eco de esta experiencia que compartió misión y fe y dejó mucho fruto.

Iglesia en Zaragoza ha recogido el testimonio de tres de las chicas que han vuelto a tierras aragonesas “tocadas por la misión” y por la importancia de que esta esté unida a una verdadera vida de oración. Alejandra, una de las participantes, comentaba que para ella “el encuentro me ayudó a recordar lo que soy a comprobar lo importante que es la oración en nuestro día a día. ¡Sin oración no hay misión!”. A Alejandra le marcó el momento de la adoración y el rosario misionero que “fueron experiencias de unión fraternal y espiritual”. Otra de las participantes fue Ana María, para la que “tener el privilegio de asistir al encuentra” le supuso “un momento de gracia muy bella”. De su paso por El Escorial ese fin de semana se queda “con la alegría que transmitieron aquellas personas, en su mayoría jóvenes con sed de servir al Señor, de servir al mundo con amor y entrega”. Ana María cuenta que, “al comienzo no entendía mucho el concepto de misión, e incluso lo veía lejos y complicado, pero por medio de las charlas, entendí que el Señor nos llama a todos en un momento específico y nos da las herramientas para hacerlo posible”.

Génesis, otra de las chicas que han estado presentes en el Encuentro, relataba a Iglesia en Zaragoza con entusiasmo su vivencia: “He quedado con el corazón lleno y dispuesto al servicio de todo aquel que lo necesite. Cada actividad, cada testimonio, cada charla recibida en el encuentro ha sido muy fructífera y de gran valor para mí, demostrando la gran labor que se hace a través de las misiones, pero sobre todo por medio de la oración”.

El lema, “Tu primera misión”, hacía referencia a lo que debe ser lo primero a la hora de ponerse en marcha a la misión… la oración y la plegaria. Como les decía el Papa Francisco a los jóvenes en la JMJ de Cracovia, hay que levantarse del sofá, “un sofá –como los que hay ahora modernos con masajes adormecedores incluidos– que nos garantiza horas de tranquilidad”. El primer paso al levantarse de ese “sofá”, proponía el encuentro, es caer de rodillas para orar, conscientes de que “el Señor toma nuestra entrega para derramar bendiciones en otro lugar del mundo donde nosotros nunca iremos”, como dice también el Papa.