Los misioneros resaltan la solidaridad y fuerza del pueblo chileno
- On 8 de febrero de 2024
OMPRESS-CHILE (8-02-24) El fuego ha destruido amplias zonas de Valparaíso y ha dejado un rastro de desolación sobre todo en Viña del Mar, en Quilpué y en Villa Alemana. Más de un centenar de muertos, aunque muchas más personas siguen desaparecidas. Miles los hogares destruidos. Algunos misioneros, desde Chile, hablan de la tristeza y el dolor que está viviendo el país.
Paloma María de la Cruz, de las Hermanitas de los Pobres, habla desde Viña del Mar, desde el Hogar de ancianos que cuidan: “Gracias a Dios a nuestra casa no llegó el fuego, pero sí hemos estado muy cerca de ello, gracias a un cambio del viento nos hemos podido salvar, por ello podemos dar gracias a San José a quien le confiamos todo, y desde el viernes por la tarde, hemos podido recoger en nuestro hogar junto con nuestros residentes, a 15 adultos mayores de otro Hogar y a 5 hermanas religiosas que lo llevan de la Congregación Claret”. Cuenta que en su comunidad son ocho religiosas, de ellas tres españolas, y que han sido muchas las personas fallecidas y muchas más las que se han quedado sin nada, como “algunas de nuestras empleadas, que se han quedado con lo puesto”.
El vallisoletano José Alfonso Martínez Herguedas cuenta, desde la región metropolitana de Santiago Capital, a un centenar de kilómetros de los incendios que se trata de un auténtico drama, pero que “la solidaridad de la gente, en un primer momento, y el apoyo del Estado están siendo muy valiosos para todos los afectados. Nosotros, Siervos de la Caridad, tenemos en Limache, cerca del lugar de los hechos, una casa para personas con discapacidad pero, gracias a Dios esa zona no se vio afectada, aunque tuvieron toque de queda estos días. El viernes, que fue cuando empezaron los incendios, un grupo de nuestros asistidos de Limache había ido a una localidad costera a pasar el día. Gracias Dios pudieron regresar con bien”. Aunque la situación es muy triste, este misionero guaneliano señala que “Chile está acostumbrado a levantarse de los desastres naturales con la ayuda de Dios y la solidaridad humana”.
“Me encuentro en Santiago capital”, cuenta Leopoldo Cuchillo, religioso de los Legionarios de Cristo, pero allí en Viña tenemos familias y apostolados también, que están sufriendo, pero en medio de este drama y del dolor, se levanta la gran ola y el potente fuego de la caridad”. Alaba la solidaridad de los chilenos y cómo muchos, sobre todo jóvenes, han sacrificado sus vacaciones veraniegas pera echar una mano en lo que se necesite. Pide “oraciones por este pueblo que lleva unos años sufriendo bastante”.
La comunidad del padre pasionista Eugenio Peña está a unos 140 km de la zona arrasada, pero los pasionistas llevan la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en Viña del Mar, que conoce muy bien: “Anímicamente las familias lo están pasando con mucha angustia. Se ha convertido en un problema fuerte para el país. Ojalá haya mucha solidaridad internacional”.
José Antonio Izaga, de los Clérigos de San Viator, resalta la solidaridad de todos los chilenos: “Es digno de encomio, desde los bomberos, que dicho sea de paso, son voluntarios, hasta la policía, carabineros, FFAA, autoridades estatales y comunales. Y jóvenes que, aunque están de vacaciones de verano, han venido a ofrecer sus servicios con entusiasmo. Ahora se están recogiendo los escombros, para comenzar a reconstruir sus casas. Gracias también a Estamentos Internacionales. En todos los lugares se están teniendo ollas comunes para dar de comer. Me contaban que en la mayoría de los lugares se están repartiendo hasta 300 comidas diarias. Doloroso los 370 desaparecidos y los, por ahora, 123 fallecidos. 40.000 personas damnificadas. Creo que aquí se está cumpliendo lo del Evangelio: Me quedé sin casa, pero vosotros me vinisteis a ver, a acompañar y ayudarme a levantar mi ánimo y mi hogar, con la esperanza de reconstruirla y devolverme la paz”.