Un gracias muy grande de los niños indios a los niños españoles
- On 19 de enero de 2024
OMPRESS-INDIA (19-01-24) Nada menos que nueve pequeños internados de la diócesis india de Srikakulam, en el Estado de Andhra Pradesh, en la costa del Golfo de Bengala, agradecen la generosidad de niños y mayores de España con Infancia Misionera. Las ayudas se han dedicado en su totalidad a las niñas y niños de estos pequeños centros.
Estos centros son internados en donde los pequeños de zonas rurales, ocupadas por las minorías tribales de esta parte de la India, son acogidos y cuidados. Los padres, no importa si son católicos o no, confían en estas instituciones de la Iglesia porque saben que estarán muy bien atendidos. Los sacerdotes y las religiosas de las parroquias les ayudan a cumplimentar los papeles necesarios y les dan confianza.
Los nueve internados, a los que ha tenido el privilegio de ayudar la Infancia Misionera con un subsidio enviado desde España, parecen, con sus nombres, una letanía de santos: San Juan, San Francisco Javier, Santa Ana, Santa Teresa del Niño Jesús… y después del nombre del santo ya ponen lo que son: boarding home (casa internado), hostel for girls o home for girls (alberge para niñas o casa para niñas). Desde ellos, y como si salieran de sus propias, casas, los niños pueden acudir a colegios e incluso a actividades extraescolares, o hacer una visita al médico por una gripe o una mala caída…
El dinero enviado desde España, 41.000 euros –cuantas monedas introducidas en las “huchas del compartir” de tantos niños– va en su mayor parte directamente a los gastos de alimentación de los pequeños, y también para pagar la factura de la luz y los medicamentos del día a día, y para libros, que también en la India son caros. Por eso en Srikakulam están muy agradecidos.
El primero que ha escrito para dar las gracias es el mismo obispo de Srikakulam, Mons. Rayarala Kumar: “Les doy las gracias sobre todo a los niños españoles y a los donantes que hacen posible esta generosidad hacia los niños pobres, de zonas rurales y de las tribus de la diócesis de Srikakulam”. Pero no ha sido el único que ha dado las gracias. Una niña o niño de cada uno de los internados ha escrito para hacerlos. Así lo hace Rani del hogar de Santa Teresa del Niño Jesús para niñas: “Gracias a los niños de España, los recordaré siempre en mi vida”. Rani no exagera. La niña cuenta que es huérfana de padre, y que su madre trabaja para ganarse apenas el pan de cada día, así que la oportunidad de ser acogida en este internado de la diócesis será determinante para el resto de su vida porque podrá estudiar y tener un futuro.
Meghana, una niña de otro centro, tiene la suerte de tener a sus dos padres, pero reconoce que viven en una casa con techo de paja, con las dificultades que eso supone durante la temporada de lluvias. “Mis estudios serían una pesada carga para mis padres”, por eso está muy agradecida a los pequeños donantes de Infancia Misionera. Nagaraju, otro niño, reconoce con mucha sinceridad las difíciles circunstancias de sus padres, y que se le abrió el mundo cuando pudo tener un ambiente donde estar cuidado y poder estudiar, por eso gracias, dice, “por hacer posible esta generosidad en la educación de muchos niños pobres como yo”.