Una preciosa carta de Navidad
- On 18 de diciembre de 2023
OMPRESS-CÁCERES (18-12-23) Ya es una tradición que, con motivo de estas fiestas de Navidad, el obispo de la diócesis de Coria-Cáceres, escriba una carta a los niños, y que esa carta gire en torno al lema de la campaña de Infancia Misionera, que este año es especialmente sugerente, “Comparto lo que soy”.
“Hola a todos. Soy el obispo de Coria-Cáceres y me llamo Jesús Pulido. ¿Sabéis lo que es un obispo? Es un amigo de Jesús que cuida de su Iglesia y de todos los que formamos parte de ella. Y, dentro de la Iglesia, vosotros, los niños, sois lo más importante. Hace muchos años, un obispo que vivía en Francia tuvo una idea muy bonita para que se viera lo importantes que sois los niños en la Iglesia: inventó el día de la «Infancia Misionera», es decir, el Día de los Niños. Pensó que Jesús se hizo niño para poder ser amigo de los niños del mundo entero y así lograr que todos los niños fueran amigos, aunque no se conocieran o vivieran en lugares diferentes y lejanos. Jesús, el Niño Dios que nació en Belén, nos quiere a todos y quiere que también nosotros nos ayudemos y seamos buenos los unos con los otros. Él no tenía muchas cosas. Nació pobre en un pesebre. Pero no importa, porque Él dio su vida entera por nosotros. Siendo Dios se hizo pequeño para parecerse a nosotros y estar cerca. No hace falta tener muchas cosas para compartir lo que tenemos. Al contrario, muchas veces, cuanto menos tenemos, más fácil es dejárselo a los demás. Porque nuestra riqueza es todo lo que compartimos unos con otros. De todas formas, os voy a decir un secreto: lo más importante es darnos a nosotros mismos a los demás, compartir lo que somos más que lo que tenemos, como hizo el Niño Jesús. Cuando recibáis un regalo en estas navidades, recordad siempre que lo más hermoso es el amor que os tiene quien os lo da. ¿Habéis escrito ya la carta a los Reyes Magos? ¿Os habéis acordado de vuestros amigos los niños de todo el mundo, sobre todo de los que menos tienen? Pedid también algo para ellos, por favor. O mejor, compartid con ellos algo de lo que hayáis pedido para vosotros. Así el regalo seréis vosotros mismos.
¡Qué buena idea! ¡Ser un regalo para los demás, regalarse uno mismo, nuestra alegría, nuestra amistad, nuestra ayuda, nuestra oración…! ¿Cómo podemos hacerlo? Si somos agradecidos con Dios y con las personas que nos quieren y nos cuidan, como nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros profesores, nuestros amigos… Si somos respetuosos con todos, sin importar su color, su religión, su cultura, su edad… Si somos solidarios con los que sufren, los que tienen hambre, los que están enfermos, los que están solos, los que son pobres, los que son diferentes… Si somos generosos con lo que tenemos y lo que somos, y no nos quedamos con todo para nosotros, sino que lo compartimos con los que lo necesitan más. Si somos alegres y optimistas, y contagiamos nuestra alegría y nuestra esperanza a los que nos rodean, especialmente a los que están tristes o desanimados. Si somos responsables y cumplimos con nuestros deberes, como estudiar, hacer los deberes, colaborar en casa, cuidar el medio ambiente, respetar las normas… Si somos sinceros, y no mentimos, ni engañamos, ni hacemos trampas, ni somos falsos… Si somos humildes y sencillos, y no nos creemos mejores que nadie, ni presumimos, ni nos enfadamos o sentimos envidia, ni nos vengamos… Si somos amigos de Jesús y seguimos su ejemplo, y lo conocemos, lo queremos, lo imitamos, lo anunciamos, lo celebramos, lo adoramos… Y recordad que el próximo domingo, día 14 de enero, celebramos la «Infancia misionera», vuestra fiesta en la Iglesia: sois los protagonistas. Con mi bendición, vuestro amigo Jesús”.