“Effata, ábrete Iglesia”
- On 13 de diciembre de 2023
OMPRESS-ROMA (13-12-23) Con la catequesis de la Audiencia General de hoy el Papa Francisco concluye el ciclo que ha dedicado durante todo este año al celo apostólico y a la pasión por la evangelización que deben animar a todo creyente. Y recordaba el Papa cómo en cada bautismo el celebrante dice, tocando los oídos y labios del bautizado: “El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos te permita, muy pronto, escuchar su palabra y profesar la fe”.
Centrándose precisamente en el milagro de la curación del sordo que relata San Marcos, recordaba el Papa en la catequesis que existe la “sordera física, pero en Biblia el que es sordo a la palabra de Dios es mudo, el que no comunica la Palabra de Dios”. El Evangelio “recoge la palabra decisiva de Jesús en arameo, effata, que significa ‘ábrete’, que se abran los oídos, que se abra la lengua y es una invitación dirigida no tanto al sordomudo, que no podía escucharlo, sino precisamente a los discípulos de entonces y de todos los tiempos”. Es lo que dice Jesús a cada creyente y su Iglesia: “ábrete porque el mensaje del Evangelio necesita de ti para ser testimoniado y anunciado”. Y es que, advertía, “los cristianos cerrados siempre acaban mal, porque no son cristianos, son ideólogos, ideólogos de la clausura. El cristiano debe estar abierto al anuncio de la Palabra, a la acogida de los hermanos y hermanas”. De hecho el Papa ha querido titular “Effata, ábrete Iglesia” esta última catequesis sobre la evangelización. Por eso, añadía, Jesús al final de los Evangelios nos da “su deseo misionero: id más allá, id a pastorear, id a predicar el Evangelio”. Y recordando cómo el Señor a orillas del Mar de Galilea le preguntó a Pedro si lo amaba y luego le pidió que apacentara sus ovejas, invitaba a preguntarse: “¿Amo realmente al Señor, hasta el punto de querer anunciarlo? ¿Quiero ser su testigo o me conformo con ser su discípulo? ¿Me importan las personas que me encuentro, las llevo a Jesús en la oración? ¿Quiero hacer algo para que la alegría del Evangelio, que ha transformado mi vida, haga más bella sus vidas?”.