Los niños mallorquines escriben cartas a los misioneros: “Me flipa tu trabajo”
- On 27 de octubre de 2023
Las niñas y niños del Colegio Ramón Llull de las Agustinas del Amparo, con motivo del Domund y de este mes misionero de octubre han querido enviar cartas a los misioneros. Los pequeños de este colegio de Andratx, en Mallorca, se han dirigido a una misionera o a un misionero concreto, y le han escrito con la naturalidad de quien habla con alguien que tiene delante. La mayor parte de los mensajes de estos pequeños son de agradecimiento. Así H. le da las gracias al “misionero” al que escribe, “por todo lo que haces por tantos niños y niñas para que tengan una mejor vida y un futuro mejor”. Y U., por su parte, le da las gracias “por poder hacer nuestros sueños realidad”, un sueño que no es otro que el “hacer que los niños tengan una buena infancia”. También I. da las gracias “por dedicar tu tiempo y tu ayuda a los más necesitados, gracias por todo ese amor y esperanza que repartes con todo tu corazón”.
Hay cartas que valoran a la persona del misionero. V. le dice que “yo, si fuera tú, sería la persona más orgullosa de sí misma. Me flipa tu trabajo”. Lo mismo hace C. que no duda en señalar con mucha corrección “que me encanta tu trabajo. Creo que eres una persona muy empática y que le gusta mucho ayudar a las personas que lo necesitan. Creo que un día para dedicarte a tu gran trabajo es poco, ya que haces que la gente esté feliz. Yo también quiero ayudar a la gente, por eso te quiero decir una pregunta: ¿Cómo se puede ayudar a las personas que lo necesitan desde aquí?”. Incluso alguno como P. les pregunta: “¿Es divertido ir ayudando a gente por países que poca gente conoce?”, aunque de esta pregunta P. pasa a una más seria: “Me gustaría ir con vosotros, ¿podría ser?”.
Porque es un hecho que los misioneros son fuente de admiración y también de inspiración. E. reconoce que quiere ser bióloga marina y limpiar los mares: “¿Esto sería una ayuda para el mundo, o no? Quería informarte que me has inspirado a esforzarme en cumplir mi sueño”. Además “sois personas con un enorme corazón y una confianza que se transmite”, dice L. Por eso, dice F., “necesitamos muchas más personas como tú, has tenido mucho valor para hace lo que haces y te tiene que costar”. Estas niñas y niños de Andratx perciben la renuncia que entraña ser misionero. “Te doy las gracias por todo lo que haces”, dice I., “tu trabajo es muy duro pero tú haces que parezca muy fácil, obviamente me parece extraordinario el valor que tienes y también la responsabilidad que debes poseer”.
Los alumnos del Colegio Ramón Llull se percatan con toda naturalidad de que muchos misioneros sintieron su vocación de pequeños: “Le quería preguntar si usted cuando era pequeño quería dedicarse a ser un gran misionero”, dice J. En resumen, “para mí un misionero es la mejor labor que puede llegar a ser un ser humano”.