Así gasta un territorio de misión su “ayuda anual” del Domund

Así gasta un territorio de misión su “ayuda anual” del Domund

  • On 27 de septiembre de 2023

OMPRESS-LESOTO (27-09-23) “Quiero darles las gracias y a los fieles de España por la ayuda que este año nos enviaron de 26.343 dólares”, escribe el obispo de Leribe, en Lesoto, un pequeño país enclavado en medio de Sudáfrica. Con su agradecimiento por la suma recibida envía también el desglose del destino de este dinero. Lesoto, rodeado por Sudáfrica, no tiene salida al mar y tiene menos extensión que Extremadura. La Iglesia cuenta en este país, de más de dos millones de habitantes, con cuatro diócesis y, como en tantos otros lugares, se caracteriza por estar cerca de los más necesitados sin importar religión, raza o condición.

Mons. Augustinus Tumaole Bane, O.M.I., así se llama el obispo de Leribe, recibe cada año lo que se denomina “subsidio anual”. Prácticamente la mitad de lo recaudado por la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe, el Domund, se divide entre todos los territorios de misión, más o menos un tercio de la Iglesia en el mundo. El número de estos territorios ha aumentado este verano hasta los 1.121, tras la creación por el Papa Francisco de las nuevas diócesis de Guéckédou (Guinea), Wote (Kenia) y Koumra (Chad). Así que este año con la generosidad de los católicos de todo el mundo con la misión y el Domund se enviarán 1.121 subsidios fijos, destinados a las necesidades más urgentes de cada una de estas jóvenes iglesias.

Estas ayudas ordinarias no se pueden considerar “proyectos”, según el término que se utiliza en el mundo de la cooperación. Se trata más bien un compartir entre hermanos lo poco o mucho que se tiene. De hecho en cierta medida la recaudación mundial del Domund determina que las cantidades, de las 1.121 sumas enviadas, aumentan o disminuyan. Tampoco están destinadas a un tipo concreto de gasto. Se trata de que la diócesis, vicariato apostólico o prefectura apostólica determinen ellos mismos cuáles son sus necesidades más urgentes.

En el caso de la diócesis de Leribe se pueden ver, en el desglose que envía su obispo de los gastos, cuáles son sus prioridades, y son sobre todo tres: los niños con discapacidad, sanidad para sacerdotes y seminaristas. En el caso de estos últimos, Mons. Bane explicaba que la diócesis cuenta dos escuelas especializadas. La primera es la St. Paul School for the Deaf, con 120 estudiantes ciegos, y la segunda es la Ferrando Resource Centre, con 62 chicos que sufren diversos grados de discapacidad. Normalmente se reciben ayudas del gobierno, e incluso se podría haber pedido un subsidio especial a la Obra Pontificia de la Infancia Misionera, pero la urgencia por comprar medicinas ha hecho que se destinen 2.000 dólares para esta urgencia. En el caso de los sacerdotes se han destinado otros 8.000 dólares para médicos y asistencia sanitaria, sobre todo de los más ancianos. Y la parte más importante se la han llevado los seminaristas, con 15.000 dólares., porque ellos son el futuro de la diócesis y, a la generosidad de seguir su vocación, la diócesis de Leribe, responde con la mejor formación y preparación para su ministerio que pueda darles.

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