El Papa y las numerosas vocaciones sacerdotales en Corea: “Enviadlos a las misiones”
- On 18 de septiembre de 2023
OMPRESS-ROMA (18-09-23) El Papa Francisco recibía este sábado en audiencia a un grupo de peregrinos coreanos, reunidos en torno a la figura de San Andrés Kim Taegon, primer sacerdote coreano, cuyo martirio se celebraba precisamente este 16 de septiembre. Se bendijo una estatua del santo que ya está instalada en la basílica de San Pedro.
“Os doy la bienvenida, feliz de encontraros en el día del martirio de san Andrés Kim Taegon, ocurrido hace 177 años, y con ocasión de la bendición de su estatua, instalada en uno de los nichos exteriores de la basílica de San Pedro”, les dijo el Papa, que recordó su visita a Corea en 2014. En aquella ocasión tuvo la oportunidad de rezar en el Santuario de Solmoe, cerca de la casa donde nació y pasó su infancia San Andrés Kim, martirizado siendo muy joven.
“Su figura”, continuaba el Papa Francisco, “nos invita a descubrir la vocación confiada a la Iglesia coreana, a todos vosotros: estáis llamados a una fe joven, a una fe ardiente que, animada por el amor de Dios y del prójimo, se convierte en don. En este sentido, con la profecía del martirio, la Iglesia coreana nos recuerda que no se puede seguir a Jesús sin abrazar su cruz y que no se puede proclamar cristiano sin estar dispuesto a seguir el camino del amor hasta el final”.
El santo coreano fue un ejemplo de celo apostólico, “sin retroceder ante los peligros y a pesar de muchos sufrimientos: basta pensar que su abuelo y su padre también fueron martirizados y que su madre se vio obligada a vivir como mendiga”. Una vida entregada a los demás y al anuncio del Evangelio. Por eso, decía el Papa a los peregrinos, en tono de broma: “Tenéis la gracia de muchas vocaciones sacerdotales; por favor, ‘echadlos fuera’, enviadlos a las misiones, porque si no habrá más sacerdotes que personas, y eso no está bien: que sean misioneros fuera. Tengo la experiencia de haberlos visto en Argentina y sus misioneros hacen mucho bien”. Que se queden los necesarios, animaba, pero que el resto partan como misioneros”.
“Deseo invitaros a redescubrir vuestra vocación de ‘apóstoles de la paz’ en todos los ámbitos de la vida”, añadía finalmente el Papa. “Mientras Andrea Kim estudiaba teología en Macao, tuvo que presenciar los horrores de las Guerras del Opio; sin embargo, en ese contexto de conflicto, logró ser semilla de paz para muchos, demostrando su aspiración de encontrarse con todos y dialogar con todos. Es una profecía para la Península de Corea y para el mundo entero: es el incentivo para convertirnos en compañeros de viaje y testigos de la reconciliación; es un testimonio creíble de que el futuro no se construye con la fuerza violenta de las armas, sino con la fuerza suave de la proximidad. Encomendamos a san Andrés Kim el sueño de la paz en la península de Corea, que está siempre en mis pensamientos y oraciones”.
Y terminó recordando la Jornada Mundial de la Juventud en 2027 que tendrá lugar en el país asiático: “Querría confiar los jóvenes a la Iglesia coreana”, porque a pesar de la historia de fe de esta Iglesia y su gran labor pastoral “incluso entre vosotros se dejan seducir por los falsos mitos de la eficiencia y el consumismo y se dejan fascinar por la ilusión del hedonismo. Pero el corazón de los jóvenes busca otra cosa, está hecho para horizontes mucho más amplios: cuidadlos, buscadlos, acercaros a ellos, escuchadlos, anunciadles la belleza del Evangelio para que, interiormente libres, se hagan testigos gozosos de la verdad y de la fraternidad”.