OMPRESS-BRASIL (14-09-23) Meil Udiel Luzano Francisco pertenece a la Congregación del Inmaculado Corazón de María y ha comenzado su misión en Brasil. Para prepararse a la misma asistía al curso organizado por las Obras Misionales Pontificias del país, que ayuda a conocer la lengua portuguesa y la cultura brasileña a la que llegan los nuevos misioneros.

“Soy Meil Udiel Luzano Francisco, religioso de la Congregación del Inmaculado Corazón de María y mi país de origen es Filipinas. Me gustaría resaltar tres puntos que aprendí durante nuestro curso sobre lengua portuguesa y cultura brasileña en el Centro Cultural Missionário: Primero, la importancia de la vida comunitaria. Éramos 30 estudiantes de 18 países. Estuvimos unidos durante los 3 meses que duró el curso, lo que dio testimonio sobre todo de una comunidad viva de Jesucristo. Vivimos como hermanos y hermanas en esta casa misionera, el Centro Cultural Misionero. Segundo, el idioma portugués es un regalo para que comprendamos nuestra misión aquí en Brasil. Es un lenguaje único, bello y creativo, sobre todo los acentos. Para ser un misionero eficaz es necesario conocer y comprender el idioma del pueblo, lo que se habla y lo que no se habla. Tercero, la cultura brasileña y, especialmente, la historia de la iglesia. Aprendí muchas cosas y aún me falta mucho por aprender ya que es un proceso largo y lo importante es abrir los ojos al presente, la boca para probar la comida especial y típica de Brasil y las manos para compartir nuestra misión multicultural.

Me siento muy feliz de haber participado en el curso. Me ha ayudado mucho en mi proceso de aprendizaje y en mi llegada a Brasil. Fue un tiempo para aprender el idioma, orar, comer, jugar, visitar familias y una ciudad moderna. Juntos tuvimos momentos muy productivos con nuestra docente, directora, secretaria y todo el equipo del Centro Cultural Misionero.

Mi comunidad religiosa, la Congregación del Inmaculado Corazón de María (CICM), celebró el 12 de agosto de 2023 los 200 años de nuestro fundador Theófilo Verbist y los 60 años de su misión aquí en Brasil y, desde entonces, he visitado todas las Parroquias CICM, en cuatro diócesis: Nova Iguaçu, Duque de Caxias, Belo Horizonte e Itabira. Las visitas han sido una oportunidad para practicar el idioma y aprender más sobre la cultura brasileña. Estoy feliz de contribuir a la misión de la congregación aquí en Brasil. Actualmente celebro misas, participo en actividades pastorales familiares, reuniones y mucho más. Trabajaré con la Pastoral Juvenil y Coros de la parroquia donde estoy como de paso.

Algunos de los desafíos para mí son los muchos movimientos en la Iglesia, cosas que no entiendo, las diferencias entre comunidades que tienen diferentes culturas y expresiones en la liturgia; sobre la acogida: algunas personas son abiertas y otras no tanto, pero en su mayoría tienden a ser carismáticas conmigo. Hoy, lo más importante para mi camino y crecimiento misionero es trazar un rumbo con las personas en sinodalidad. Sigamos con el corazón ardiente, los pies en el camino…”.