Fallecimiento de Antonio Ruiz Cueto, tras toda una vida en Madagascar

Fallecimiento de Antonio Ruiz Cueto, tras toda una vida en Madagascar

  • On 12 de septiembre de 2023

OMPRESS-MADRID (12-09-23) El pasado 14 de agosto fallecía en Madrid el misionero paúl Antonio Ruiz Cueto. Como cuentan sus hermanos de congregación, la Congregación de la Misión, los vicencianos, había venido desde la misión de Madagascar para someterse a una intervención quirúrgica muy grave. Los médicos le diagnosticaron que a pesar de la intervención su muerte sería inminente. Como cuenta el padre Celestino Fernández, C. M., “durante unos siete meses ha estado esperando la muerte con una entereza extraordinaria y dando, a todos, un admirable ejemplo humano, cristiano y vicenciano”.

Antonio Ruiz Cueto nació en León el 27 de abril de 1948. Ingresó en la Congregación de la Misión, el 16 de septiembre de 1964, en Madrid. Fue ordenado sacerdote, en Santa Marta de Tormes, Salamanca, el 17 de junio de 1973.

Toda la existencia sacerdotal y vicenciana del P. Antonio Ruiz Cueto ha transcurrido en la Misión de Madagascar, en la llamada Gran Isla o Isla Roja por el color de su suelo. Desde que puso sus pies, en el año 1975, en la zona malgache del Androy (territorio asignado a los misioneros españoles), su vida ha estado totalmente entregada a la evangelización en Madagascar, sin paréntesis ni interrupciones. Su labor misionera comenzó en Bekilly, donde estuvo cinco años. A continuación, fue enviado a Ambovombe, por un período de catorce años. Después de una corta estancia de tres años en Beraketa, llegó a Tsihombé para evangelizar allí durante doce años. En el año 2008, fue destinado a Beloha solamente por dos años. Finalmente, en el año 2010, regresó a Ambovombe, donde ha permanecido hasta su muerte. En la actualidad, era Consejero provincial de la Provincia de Madagascar.

El padre Celestino Fernández, C. M., lo recordaba así: “Conocí al P. Antonio allá por las lejanísimas calendas de 1963, cuando hicimos el 5º curso del bachillerato de la época en la Escuela Apostólica de Murguía, Álava. Nuestras vidas, desde entonces, caminaron al unísono: Seminario Interno en Hortaleza y Cuenca; estudios de filosofía en Hortaleza y Santa Marta de Tormes; y primer año de teología también en Santa Marta de Tormes. Después, él se quedó en la antigua Provincia de Salamanca y yo emigré a la antigua Provincia de Madrid. Siempre hemos mantenido una comunicación fraterna y amical.

El P. Antonio Ruiz Cueto ya sobresalía en el curso por su estatura física, pero, sobre todo y ante todo, por su talla y su calidad humana. La educación, el sentido común, la inteligencia, el equilibrio, la sinceridad, la coherencia, la sencillez, la servicialidad, el buen humor, el saber estar en un discreto segundo plano… han sido cualidades que han tejido y entretejido el ser y el quehacer del P. Antonio. Como buen leonés de pura cepa tenía un punto de seriedad, de estoicismo y de ironía sutil. A veces, podía parecer frío y excesivamente racional y cerebral, pero en las distancias cortas y en el ambiente de confianza se mostraba cercano, comunicativo, afable e incluso emotivo. Era un gran lector de literatura y devoraba libros a una velocidad impresionante. Estaba al tanto de la realidad nacional y mundial, y constantemente interesado por la información política, social y eclesial. En medio de la extrema gravedad de su salud, seguía con la obsesión de volver cuanto antes a Madagascar. Y hasta cuatro meses antes de su muerte, todavía confiaba en que podría volver a su querida Misión.

Hay una anécdota que revela muy bien el talante realista y tranquilo del P. Antonio Ruiz Cueto. En una de las visitas que le hice en la enfermería, cuando su salud empeoraba cada vez más, me dijo: ‘Hazme una foto para la reseña que escribas sobre mí el día de mi muerte’. Y como yo me resistiera, insistió: ‘Hazme la foto, que todavía puedo salir guapo’. Y es la foto que adorna esta reseña.

Desde esta página web, damos el más sincero y sentido pésame a los familiares más cercanos del P. Antonio Ruiz Cueto, especialmente a sus dos hermanas, Margarita y María Rosa, a sus dos cuñados, Simón y Jesús, y a sus ocho sobrinas y sobrinos.

La Misa-funeral por el eterno descanso del P. Antonio Ruiz Cueto, C. M. se celebrará mañana, martes 15 de agosto de 2023, a las 10,00 horas, en la capilla de la comunidad de la calle García de Paredes, 45, de Madrid. A continuación, recibirá cristiana sepultura, a las 11,00 horas, en el cementerio madrileño Sacramental de San Isidro. Descanse en la paz del Señor”.

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