OMPRESS-MADRID (13-06-23) Ayer, 12 de junio, se hacía público el nombramiento de Mons. José Cobo, como nuevo arzobispo de Madrid, sucediendo al cardenal Carlos Osoro. A las 12:00h tenía su primera intervención ante los medios de comunicación en la que declaraba: “Me encuentro enamorado del Señor y de la misión que Él me encomienda”.

Fue el 13 de febrero de 2020, en el Encuentro de Empleados y Voluntarios de las Obras Misionales Pontificias de aquel año, cuando Mons. José Cobo pronunciaba una conferencia que tenía como título “Relación de la misión aquí y la misión ad gentes”. La conferencia en vídeo puede escucharse en este enlace. En aquella interesante conferencia el ya arzobispo de Madrid exponía su pensamiento sobre la misión y la Iglesia. “Cuando hablamos de misiones, pensamos muchas veces en una imagen antigua, de la colonización de América”, decía Mons. Cobo al inicio de aquella intervención. Sin embargo, la sociedad ha cambiado mucho, y este modelo no tiene sentido en un mundo globalizado, donde la presencia de Dios es ignorada. Una situación que no nos debe llevar al pesimismo. “Estamos en una gran oportunidad para la Iglesia”.

“¿Cómo hacer visible a Dios en un mundo que vive de espaldas a Él?”, se preguntaba. La Iglesia es una sola barca, que debe ir en una sola dirección, adonde Cristo indique, cada uno con su carisma pero en comunión. Para ello, indicaba varios enfoques que el Papa Francisco ofrece, que se pueden sintetizar en que Dios es el autor de la misión, y nosotros tenemos que estar a la escucha para ir a donde él nos llama a descubrírselo a los hombres. Por ello, insistía en aquella intervención, es muy importante escuchar primero a Cristo.

Mons. Cobo defendía que el concepto del Papa de “Iglesia en salida”, más allá de todas las repeticiones que hacemos del mismo a modo de slogan, tiene un profundo sentido. La Iglesia está llamada a salir de sí misma, a replantearse toda su acción a la luz de la misión. Y para ello, las Iglesias locales tienen que mirarse en el espejo de la misión ad gentes. Además de reconocer que la misión ad gentes precede a todas las diócesis, porque todas han nacido de un anuncio misioneros; y es responsabilidad de todas las Iglesias particulares, afirmaba, en línea con el Papa, la renovación de todas las iniciativas pastorales de las diócesis a la luz de la misión.

“La misión es la luz larga de las diócesis”, afirmaba, explicando que la misión amplía las miras de la diócesis, y a su vez ilumina la pastoral ordinaria. Por eso, insistía a los voluntarios y empleados de las Obras Misionales Pontificias presentes en aquel encuentro a que impregnasen de sabor misionero todas las acciones de la diócesis: “Estamos llamados a hacer una pastoral que sepa a misión”.