OMPRESS-ITALIA (17-03-23) Cada año se celebra en Italia la Jornada de los Misioneros Mártires, una celebración destinada a tomar conciencia de que quienes han muerto por su fidelidad al Evangelio, son brote de una nueva fe. El lema es el mismo que el del último Domund, “Seréis mis testigos”. La fecha de celebración coincide con el asesinato del obispo santo de San Salvador, Mons. Óscar Romero, el 24 de marzo. Fue en 1992, cuando el entonces Movimiento Juvenil de las Obras Misionales Pontificias, ahora Missio Giovani, propuso a la Iglesia italiana la celebración de un día de oración y ayuno, precisamente en la Cuaresma, que recordara a los que pierden la vida cada año durante su servicio pastoral.

El 24 de marzo de 1980 era asesinado San Óscar Romero, mientras celebraba la misa. También este año, recuerdan desde las Obras Misionales Pontificias de Italia, ha llegado noticias de muchos, demasiados, hermanos y hermanas asesinados en misión. Por toda Italia habrá celebraciones para recordarlos. Se tendrá un recuerdo y una oración especial por sor Maria De Coppi, misionera comboniana, asesinada en Mozambique en un ataque terrorista, y por la hermanita del Evangelio Luisa Dell’Orto, asesinada en una emboscada en los callejones de la capital de Haití. Ambas pasaron toda su vida respondiendo a las necesidades de dos pueblos atormentados por guerras, calamidades, crímenes y abusos. Su testimonio recuerda que incluso en esos lugares olvidados por todos y abandonados al destino atroz de la supervivencia, el Evangelio está más vivo que nunca y alimenta la fuerza para seguir, a pesar de todo, para crecer y mejorar, para dar un futuro a los jóvenes y dignidad a los que sufren pobreza.

Para esta jornada, han elegido la cita de los Hechos de los Apóstoles (1, 8) “Seréis mis testigos”, que ya acompañó la celebración del mes misionero de octubre y de la jornada del Domund. Esta invitación de Jesús a los apóstoles, todavía resuena en todo aquel que decide acogerla: es la invitación a acercarse, a imitar al Maestro en la cercanía al próximo, a tender la mano a los distantes, a derribar los muros de los prejuicios.