Los pobres de los pobres: los niños de la calle de Nairobi
- On 11 de noviembre de 2022
OMPRESS-KENIA (11-11-22) “Napenda Kuishi” en kiswahili significa “Quiero vivir”. Es el nombre del proyecto que lleva adelante el misionero comboniano Maurizio Binaghi, dirigido a niños y jóvenes que viven en las calles de Nairobi. Pocos quieren relacionarse con ellos, porque suelen ser violentos, estar enfermos, o ser adictos a las drogas o al alcohol. El 95 por ciento son adictos a las drogas o al alcohol.
Hay que acercarse a ellos con mucha paciencia, porque no se busca darles una ayuda puntual. Se trata de todo un programa en tres pasos: rehabilitación, reintegración y formación. Se les invita a los centros de acogida. Algunos tienen antes que volver a aprender cosas cotidianas como ducharse o lavar la ropa. Sus problemas se afrontan de forma individual y también grupal, porque muchos comparten los mismos problemas. Huyeron de sus familias o se les echó de ellas. Cuando los chicos han logrado aceptar una rutina diaria, van a la escuela o inician una formación profesional. Se forman como carpinteros, fontaneros, electricistas o mecánicos y reciben un certificado reconocido por el Estado. “Incluso los niños pobres tienen derecho a aprender en un lugar que libere sus mentes, afiance su respeto por sí mismos y su dignidad”, dice el padre Maurizio.
El misionero recuerda el mensaje de Comboni, su fundador, de “Salvar África con África”, por lo que todo el personal de “Napenda Kuishi”, excepto él, son jóvenes keniatas: hombres y mujeres, varios de ellos altamente capacitados. Dedican su vida, su energía y su vida profesional a estos pobres de los pobres, en medio de muchos desafíos y dificultades, ayudándoles a transformar sus vidas, caminando con ellos y brindándoles amor, esperanza y dignidad. Tres palabras que son un mantra en esta labor.
Missio Aachen, las Obras Misionales Pontificias de Alemania, les está apoyando con toda una instalación de energía solar, que ahorre costes energéticos y evite, además, los frecuentes cortes de suministro de la poco fiable red eléctrica de Kenia, que ya ha dañado muchos dispositivos con los picos de energía. Además será una oportunidad para que los chicos puedan saber más sobre la instalación y mantenimiento de estos sistemas solares.
Los Misioneros Combonianos pusieron en marcha “Napenda Kuishi” en 2007, para responder a la difícil situación de los niños de la calle en el barrio pobre de Korogocho, en Nairobi. Comenzó como un programa para niños pequeños en unas pequeñas instalaciones. Ahora, pasados los años, el proyecto se ha convertido en un programa de rehabilitación completo para adolescentes y jóvenes. Los misioneros estaban presentes en la zona, en la Parroquia de Santísima Trinidad, desde 1973. Ellos mismos se dieron cuenta de que había muchas ONGs y organizaciones ayudando a los niños, pero los mayores desafíos los planteaban los adolescentes y jóvenes, adictos a las drogas, involucrados en actividades delictivas y pandillas. Por eso, ahora se centran en jóvenes de 14 a 20-21 años, y despliegan un programa de rehabilitación completo, afrontando las adicciones y también los problemas psicológicos que sufren los chicos. Napenda Kuishi cuenta ya con cinco centros.
El padre Maurizio explica que con este programa los Misioneros Combonianos viven de forma concreta su carisma de servicio a los más pobres: “En los barrios marginales aquí en Nairobi, estos adolescentes y jóvenes se encuentran definitivamente entre los más pobres y abandonados, no solo porque viven en la calle y sobreviven con lo que pueden recoger en el vertedero, sino también por la violencia, el abuso, la discriminación y el miedo que experimentan a diario”. Mientras ellos “redescubren la vida”, añade, “caminamos a su lado en el redescubrimiento de su humanidad y de su ser amados como hijos de Dios Padre que los quiere con ternura”.