Día Mundial del Refugiado
- On 20 de junio de 2022
OMPRESS-NUEVA YORK (20-06-22) El Día Mundial del Refugiado se celebra cada año el 20 de junio, por designación de las Naciones Unidas para honrar a los refugiados de todo el mundo, arrojar luz sobre su difícil situación y trabajar juntos para encontrar soluciones a largo plazo al desplazamiento.
Según informa ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, a pesar de la pandemia, la guerra, la violencia y la persecución continuaron este año. En el mundo hay 89,3 millones de personas desplazadas por la fuerza de sus hogares, 27,1 de los cuales son refugiados, buscando un lugar seguro a través de las fronteras o dentro de sus propios países. Para recordar a todas estas personas el lema para este día es: “Quien sea. Donde sea. Cuando sea. Toda persona tiene derecho a buscar protección”.
El Servicio Jesuita Refugiados (JRS), una de las instituciones católicas más activas en este campo, se ha unido a este llamamiento y alerta sobre algunos de los conflictos actuales que a menudo se descuidan y olvidan. Estas crisis afecta a personas que viven verdaderas tragedias. Desde JRS invitan a tomar conciencia de esta realidad que es el día a día de millones de personas. Una forma de tenerlos en el corazón es a través de la oración, por eso invitan a rezar la “Oración por los olvidados”:
Señor Jesús, naciste en la inseguridad del desamparo, tu familia tuvo que huir de la violencia de los poderosos, elegiste recorrer los caminos de Galilea con los pobres, escuchaste y acogiste a los marginados, a las mujeres despreciadas, a los enfermos y a los leprosos. Escuchaste la llamada de los afligidos, y en tu silencio ante Pilato, dejaste que resonara la llamada a la verdadera justicia.
A los que hoy sufren en el exilio o están separados de sus seres queridos manifiesta tu presencia a través de la atención fraterna de hombres y mujeres que buscan acompañarlos, defenderlos y servirlos.
Sé el apoyo de las personas que se comprometen a seguirte, para abrir caminos futuros a los olvidados de este mundo.
Ensancha nuestros corazones y alimenta nuestro compromiso diario para compartir la esperanza que tú has traído y que aún traes a nuestro mundo.
Te lo pedimos a ti, que vives con el Padre y el Espíritu hoy y siempre. Amén.